7.-

Le Bondidier (3.185 metros)

Cordier o Primer Pico Occidental de la Maladeta (3.254 metros)

Sayó o Segundo Pico Occidental de la Maladeta (3.220 metros)

 

Como siempre, subo el día anterior a La Renclusa, a 2.140 metros. Tomando el autobús en los Llanos del Hospital, éste me lleva a La Besurta, a 1.895 metros de altura. A partir de aquí clásico y trillado camino de subida al refugio. Al día siguiente, me levanto temprano y comienzo la subida. Me dirijo hacia los ibones de Paderna, a 2.240 metros, pasando al lado del desprendimiento de aguas que baja de los mismos. Por entre un caos de bloques, por camino prácticamente llano, me acerco a la cabecera del barranco de Alba, sobre los 2.350 metros. En lugar de atravesar el torrente sigo los hitos que me conducen en dirección suroeste, remontando una pronunciada ladera de piedras y hierba. Dicha ladera se me hace bastante larga y pesada pero, al fin, observo ya muy cercana la Coma de Alba, a 2.850 metros. La Coma de Alba es un lugar bastante sombrío, casi siempre con nieve helada. Es como un pequeño y pedregoso embudo que yace a los piés de los picos de Alba, Diente y Muela de Alba, por un lado, y del pico Mir y la Punta Delmás, por el otro. Desde aquí se divisa a un lado el collado Inferior de Alba, a 3.025 metros, y, al otro, el collado de Alba, a 3.080 metros. Dejando a la derecha la ruta hacia el collado Inferior de Alba, me dirijo hacia la izquierda, por terreno rocoso y bastante pendiente, en dirección a una canal pronunciada e inestable por la que salgo al collado de Alba, collado que comunica las cuencas de La Renclusa y Cregüeña. Desde este collado hay fácil y directa subida a los picos Mir y Sayó.

 

 

Pero mi idea es comenzar primero por el pico Le Bondidier, para ir luego por el otro lado del collado Cordier hacia los otros picos. Tomada esta decisión me dirijo, flanqueando los picos Mir y Sayó, por pedregosa y no muy inclinada ladera, hacia el collado que aparece frente a mí en dirección sur, es decir el collado Cordier, situado a unos 3.120 metros. Hasta aquí el camino ha sido bastante fácil. Ahora, tengo que acometer la algo complicada subida al pico Le Bondidier. Giro un poco hacia la derecha y avanzo por la cresta. Algunos hitos, pocos, van marcando el camino más fácil, a veces por un lado del cresterío, otras veces por el otro. Y más tarde, a plena cresta. Como jugando al escondite entre las piedras, veo mi lugar de destino cada vez más cerca. Después de un par de cotas intermedias avanzo hasta una pequeña brecha. Desde esta brecha el ascenso es ya sencillo y trepo en poco rato a la cima de Le Bondidier (3.185 mts.). Unas 3 horas de subida.

 

Ibón de Cregüeña. Detrás, más elevado, el Aragüells

 

Después, deshago el camino hacia el collado Cordier. Ahora el camino me parece más sencillo. Será por que ya me lo conozco. Llego al collado Cordier y observo frente a mí, uno a cada lado, los picos Sayó y Cordier. Su ascensión parece fácil. Avanzo hacia la depresión que separa los dos picos pero, antes de llegar a ella, flanqueo hacia mi derecha en dirección al Cordier. Ganando poco a poco altura, a partir de un determinado momento alcanzo el cresterío. Queda poco para la cima, y es fácil. En pocos minutos llego a la cumbre del Cordier o Primer Pico Occidental de La Maladeta (3.254 mts.).

 

En dirección a Le Bondidier

 

Después, de nuevo sigo mi camino. Ahora solo tengo que descender por la suave arista que comunica los dos picos hasta la depresión que los separa, a unos 3.175 metros, y, por el lado contrario, ascender al Sayó o Segundo Pico Occidental de La Maladeta (3.220 mts.). Unos 40 minutos desde Le Bondidier.

Ya dispuesto a regresar, decido realizar el descenso por el otro lado que, al fin y al cabo, es la ruta más directa hasta el collado de Alba. Bajo hasta la depresión que separa los picos Mir y Sayó. Dejo el pico Mir, al que ya había subido en otra ocasión, a mi derecha, y, por un pendiente pero fácil corredor, alcanzo enseguida, después de encontrar el camino que viene del collado Cordier, el collado de Alba. Desandando lo andado, llego de nuevo a la Coma de Alba. Inicio el pronunciado descenso del torrente de Alba y vuelvo a encontrarme, después de un buen rato de bajada, en las inmediaciones de los ibones de Paderna. Desde aquí llegar al refugio de La Renclusa es, prácticamente, un paseo. Alcanzo el mismo tras unas 3,15 horas de descenso. Una vez en el refugio inicio el retorno hacia La Besurta. Tomo el autobús, llego al aparcamiento, cojo el coche y me pongo en marcha de regreso.

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