9.- Aneto-Maladeta

 

Situado en la alta cuenca del río Ésera se encuentra el macizo de La Maladeta, en el cual se halla la cima más alta de los Pirineos, el conocido Aneto. Es este macizo, sin duda, el más destacado de todos los Pirineos, por sus recortadas crestas, sus imponentes picos, sus grandes lagos y, sobretodo, sus extensos glaciares. Como en el caso del macizo de Posets, en esta zona, es el valle del Ésera el que aisla el macizo de la línea de crestas que separa España de Francia, entre el Maupàs y el Tuc de la Picada, teniendo en el Coll de Salenques el enlace con la línea divisoria general. Sirve de armazón a una serie de contrafuertes que constituyen macizos menores, como Serra Negra, Vallhiberna y Els Tatats, entre los que se encajonan diversos valles como Cregüeña, Vallhivierna, Coronas y Llosás por un lado, y Remuñe, Lliterola y Aiguaspases, por el otro. Situado en la zona Axial de la región pirenaica el macizo principal y también más elevado, es decir la cresta Alba-Salenques, está constituído por una masa granítica que acaba en el valle del Ésera un poco más al oeste. El granito está atravesado por una serie de rocas tales como microgranitos, aplitas y pegmatitas ácidas, y otra serie de rocas básicas, como diabasas y lamprófidos. El núcleo granítico está cubierto por materiales paleozoicos de la orogénesis herciniana, existiendo tanto materiales del Silúrico, como del Devónico y el Carbonífero. Ampelitas, calizas devónicas y pizarras carboníferas fueron metamorfizadas convirtiéndose en pizarras quiastolíticas, en mármoles anfibólicos y tremolíticos, y en micacitas y cornubianitas, respectivamente. Sinclinales de calizas devónicas forman mayormente las cumbres de la periferia del macizo granítico, como los de Castanesa y Tuqueta Blanca, y la cresta Picada-Mulleres al norte.

El valle del Ésera ha diseccionado enormemente el roquedo, aislando la cresta granítica de La Maladeta de los relieves más bajos de la periferia. El proceso ha culminado con la formación de una amplia depresión periférica en la vertiente norte del alto macizo. En la vertiente sur, las cabeceras de los valles de Coronas y Llosás han atacado transversalmente la estructura originando un relieve menos inclinado pero más caótico.

El relieve de La Maladeta ha sido especialmente modelado durante el glaciarismo cuaternario. Aún hoy día quedan restos de glaciares suspendidos en Coronas, Maladeta y Llosás y, especialmente, en el glaciar de Aneto con más de 1.500 metros de ancho, más de un kilómetro de largo y alrededor de 50 metros de espesor. Todos estos glaciares son los denominados glaciares suspendidos o de circo, por carecer de lengua. En la vertiente meridional, más escarpada, existe una gran abundancia de lagos, como Cregüeña, Llosás, Coronas, Vallhivierna, etc. En la vertiente septentrional los antiguos lagos han quedado colmatados por sedimentos convirtiéndose en llanos tales como el Plan de Aigualluts o el Plan d’Estan.

En cuanto a los fenómenos cársticos, en el valle de Barrancs se encuentra uno de los más interesantes de España. Las aguas procedentes de la fusión del glaciar de Aneto, en lugar de tributar al río Ésera, al llegar al Plan de Aigualluts son absorbidas por la sima del Forau de Aigualluts, dirigiéndose hacia el noroeste, en dirección al valle de Arán. Se ha comprobado que las mismas emergen de nuevo en las fuentes denominadas Güells del Joeu en el valle aranés de L,Artiga de Lin. Tienen un recorrido subterráneo de poco más de 4 quilómetros y un desnivel de unos 600 metros. Se da la curiosidad de que estas aguas que se sumergen en el Forau de Aigualluts que tendrían que llegar al Mediterráneo por el río Ésera, tributan al Atlántico por el río Garona.

En las zonas altas de estas montañas el clima es muy rudo y la nieve es casi perpetua. Niebla, tempestades y hielo son fenómenos regulares en el tiempo. Incluso en pleno verano las temperaturas en las cumbres pueden bajar de los 10 grados negativos. Son frecuentes las tormentas, acompañadas de pedrisco y nieve.

Como en general en alta montaña el bosque desaparece a partir de los 2.000 metros de altura, quedando sólo prados o pequeñas hierbas entre el roquedo y en alguna pared soleada. Abundan los prados de festucas y plantas bulbosas en suelos bastante húmedos. Entre las rocas encontramos saxífragas y algunos tipos de adormideras. El pino negro y el abeto forman los bosques más altos. Hay muchos en Vallhiverna y Cregüeña. En junio comienzan a aparecer variadas flores, como el jazmín y las gencianas azules. En julio y agosto crece el acónito, la adormidera, la digital, el edelweis, la árnica, las frambuesas, el geranio silvestre, el lirio, la manzanilla, el miosotis, el ranúnculo, la violeta, la regaliz y los rododendros.

 

La espectacular Aguja Tchihatcheff

 

En el piso nival se encuentran aves como el gorrión alpino, la chova piquigualda y otras paseriformes. En los pastos alpinos y subalpinos se encuentra la perdiz nival, la marmota y el armiño. En los roquedos, como en general en todo el Pirineo, abundan los sarrios, el águila real, el quebrantahuesos, el treparriscos y la lagartija pirenaica. En las zonas húmedas encontramos el desmán de los Pirineos, el tritón pirenaico, la lagartija de turberas y en muchos cauces de agua habitan abundantes nutrias. Especies protegidas como el mochuelo boreal, el urogallo, el jabalí, la ardilla, el zorro, etc., también encuentran refugio en estas altas montañas. Se da en el macizo bastante aprovechamiento de los pastos por parte del ganado así como la explotación de la madera de sus bosques y la pesca de truchas.

 

Subiendo hacia el Pico de Alba

 

El relieve máximo, los picos de más de 3.000 metros del macizo, sigue la dirección noroeste-sureste comenzando en la Aguja de Alba, el pico de Alba, el Diente de Alba y la Muela de Alba. Tras el collado de Alba, y dejando a un lado la Punta Delmás, los tres picos Mir, Sayó y Cordier. Al sudoeste del pico Mir, fuera del cordal, queda el pico Le Bondidier. Siguiendo de frente, el Collado de la Rimaya y La Maladeta. Descendiendo hacia el collado Maldito, se encuentra el pico Abadías. Al otro lado, la Punta Schmidt-Endell, el pico Maldito, la Punta Astorg y el pico del Medio. Desde el pico Maldito hacia el sudoeste, en franco descenso, se encuentra la cresta de Cregüeña: la Cuarta aguja de Cregüeña, las agujas Haurillon, Cregüeña y Juncadella, y el pico de Aragüells. Después del collado del Medio, el Coronas y la Tuca del Collado de Coronas. Tras el collado de Coronas, la Punta Oliveras-Arenas y el Aneto, la máxima elevación. Desde el Aneto también hacia el suroeste, y en descenso, está la cresta de Llosás: agujas Daviu, Escudier, Francheville, Tchihatcheff y Argarot. Siguiendo hacia el suroeste desde el Aneto, la Espalda de Aneto, la Punta Brecha Tempestades, el Tempestades, el Margalida, la Punta Brecha Russell, la Antecima Sureste Russell y la Punta Oriental Rusell. Desde el Margalida en dirección este, la recortada cresta de Salenques: el Segundo resalte de Salenques, el Primer resalte de Salenques, la Torre de Salenques y la Forca Estasen. Al sudoeste del pico Rusell queda la Aguja Suroeste Russell y al sur de la Antecima Sureste Rusell, la Aguja Sur Russell. Alejados del núcleo principal están el Tuc de Mulleres, hacia el este, y la Tuca de las Culebras y el Vallhivierna, justo al sur.

Multitud de refugios pueblan la zona, siendo el de La Renclusa el más conocido. Otros refugios son el de Venasque, el de Sant Nicolau, y otros más pequeños como el de Mulleres, el de Ardones, el de Anglios, el de la Artiga de Lin, y algunos otros, que se encuentran en no muy buen estado.