5.-

Vallibierna (3.067 metros)

Tuca de Culebres (3.062 metros)

 

Salgo el día anterior con la intención de pasar la noche en un camping situado cerca del pueblo de Aneto. Al día siguiente, me levanto temprano y me dirijo hacia la carretera que sube hasta el embalse de Llauset. Alcanzo el collado de Campament, sobrepaso el vetusto edificio del refugio de Llauset, a 1.950 metros, precario refugio libre nunca terminado, y llego hasta el aparcamiento del embalse, a unos 2.200 metros de altura, después de cruzar el oscuro túnel abierto durante las obras hidroeléctricas. Una vez aparco el coche, inicio la ascensión. Comienzo a andar por el camino que sube por la margen derecha del embalse de Llauset, por terreno herboso y con poco desnivel, que atraviesa dos cursos de agua y que, al final del embalse, vuelve a perder altura hasta vadear el torrente Botornal, a unos 2.170 metros. Después, giro hacia la derecha ascendiendo por la izquierda el torrente Botornal. El ascenso lo realizo entre verdes prados y abundantes surgencias de agua. En no mucho tiempo alcanzo el Estany Botornal, a 2.340 metros. Lo bordeo por su derecha y continuo ascendiendo más suavemente, ahora por la parte derecha del barranco. Al cabo de un rato, cruzo otra vez el torrente y, en poco tiempo, alcanzo una confluencia de aguas, sobre los 2.400 metros. Siguiendo en la misma dirección alcanzaría los pequeños lagos de Cap de Llauset y Anglos. Pero mi ruta se desvía completamente hacia la izquierda, en dirección oeste. Por pedregosa pendiente, subo hasta llegar a dos pequeños ibones, a 2.530 metros. A partir de aquí inicio la subida por una amplia cuenca lacustre, teniendo en todo momento frente a mí las cumbres a las que voy.

 

 

Siempre guiado por hitos asciendo entre tramos de hierba y rocas. Supero el espolón del collado Occidental de Vallibierna y entro, por terreno de bloques sueltos, en la cuenca del ibon Chelat, a 2.750 metros. Sobrepaso el mismo por su izquierda y comienzo a ascender, en franca pendiente, hacia la cresta que tengo delante. En esta pendiente, con más piedras que hierba, encuentro rastros de sendero. La subida se vuelve fatigosa, parece inacabable. Al final alcanzo un promontorio, una especie de antecima, confluencia de crestas, a 3.035 metros de altura. Desde aquí la cima ya está muy cercana. Progresando por una suave arista, algo aérea pero fácil, me planto en unos minutos en la cumbre del Vallibierna (3.067 mts.).

 

El Ibón Chelat

 

Enseguida, observo el agudo filo de la arista que tengo ante mí, el conocido Paso de Caballo. Inicio el paso de la compacta y prácticamente horizontal arista, a ratos con una pierna a cada costado y en otras ocasiones bien asegurado en algún pequeño resalte. Ya en el otro lado, en poco rato llego a la cima de la Tuca de Culebres (3.062 mts.). Tiempo hasta ahora, un poco más de 3 horas.

 

Cima del Vallhibierna

 

Ahora toca bajar. Tal como había planeado lo hago por el lado opuesto al que he llegado, es decir por el valle de Llauset. Desciendo por una serie de terrazas y corredores, hasta la base de la muralla. A partir de aquí busco un paso accesible por el que subo de nuevo al nudo de crestas. Después, en vertiginoso descenso y por inestable pedregal, bajo, siguiendo algunos hitos que me marcan el camino, en dirección al collado de Llauset, resiguiendo el flanco occidental de la cresta. Poco antes de llegar a dicho collado la pendiente se suaviza, alcanzando el mismo en menos de media hora de bajada. Es éste un collado amplio y vistoso, desde el cual se ve al fondo el embalse de Llauset y todo el recorrido aún por efectuar. Dejando detrás de mí la vertiente de Castanesa, giro hacia la derecha en dirección este. Desciendo una inestable pedrera, pasando por debajo del pico de Llauset, dirigiéndome por un marcado sendero hacia el punto donde de inicia el torrente de Llauset. Poco después de atravesar las primeras surgencias de agua, a 2.550 metros de altura, cruzo el cauce del torrente, entre un caos de bloques de piedra, hacia su parte izquierda. A partir de aquí el descenso se torna más suave. Avanzo por un sendero, con algunos hitos, por terreno de hierba y piedras, hasta alcanzar finalmente la parte inicial del embalse de Llauset. Cruzo otra vez el torrente Botornal, por el cual he subido por la mañana, y deshago el camino que, por encima del embalse de Llauset, me lleva hasta la presa. Tiempo de descenso, unas 2,45 horas. Llego al coche y emprendo el camino de regreso.

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