38.-

Pic dels Gourgs (2.640 metros)

Puig Occidental de Tretzevents (2.727 metros)

Pic de Tretzevents (2.731 metros)

Puig del Roc Negre (2.714 metros)

 

Esta vez he vuelto a dirigirme hacia el macizo del Canigó. He ido a intentar subir a unas cimas a las que no va demasiada gente, pero que son muy interesantes. Me he dirigido hacia Perpignan y Vilafranca de Conflent. Desde esta última población he subido hasta Casteil y, aquí, he tomado la pista que sube hasta el refugio de Marialles. En el aparcamiento que está cerca del refugio he dejado el coche y me he preparado para la ascensión. Estoy a una altura aproximada de 1.715 metros. Tomo el mismo camino que sube hasta el Canigó, siguiendo un tramo del GR10, ya que hasta las cercanías de los Gorgs del Cadí el itinerario hacia los picos que quiero realizar es el mismo. Comienzo mi andadura descendiendo un poco hasta llegar a una curva hacia la izquierda en donde atravieso el torrente de la Llipodera, cruzando un puente de madera. Después vuelvo a subir, siempre por un perfecto y muy hollado camino, bastante rato bajo la sombra de los árboles y en moderada pendiente. El camino, sin demasiado desnivel, va ascendiendo en busca de un collado, el Coll Verd, situado a unos 1.850 metros de altura. Durante el trayecto tengo que cruzar algunas portillas de hierro para el ganado, al menos cuatro o cinco. Voy remontando las laderas norte del valle que forma el Riu del Cadí, que baja caudaloso bastantes metros por debajo, siempre en dirección oeste. Al cabo de una hora más o menos, tengo que descender un poco para cruzar el mismo. Estoy ahora a una altura aproximada de unos 1.970 metros.

Como que baja bastante agua tengo que buscar la mejor manera para cruzarlo mirando de encontrar algunas piedras que me permitan hacerlo sin mojarme. Desde aquí, giro de nuevo hacia la izquierda y comienzo a subir otra vez por el otro costado, ahora en busca de los prados cercanos a la Jaça del Cadí. Entro en una zona muy ufana, con multitud de plantas de genista totalmente floridas y de un vistoso color amarillo, además de otros tipos de plantas de flor. Algo más arriba, cerca de una zona rocosa, giro hacia la derecha, ahora en dirección al refugio Aragó. Después, el sendero pasa en medio de un tupido bosquecillo de genistas, con la floración al máximo y que casi ocultan el mismo. El color amarillo predomina y el perfume de las flores invade el ambiente. Al cabo de una media hora desde que cruzara el Riu del Cadí alcanzo el refugio Aragó, situado a una altura de unos 2.135 metros, pequeña cabaña de piedras situada cerca de una bonita fuente. Es un pequeño refugio libre situado bajo los contrafuertes sur de los picos de Gasamir y un poco por debajo de la zona de los Gorgs del Cadí.

Prosigo mi camino en dirección a los llanos superiores, todavía siguiendo el sendero que va hacia el Canigó. Ya algo más arriba abandono el mismo y, girando hacia la izquierda, comienzo a dirigirme hacia el sur en dirección al valle elevado en donde se encuentran los pequeños lagos de los Gorgs del Cadí, de momento sin señalización alguna. Después de un rato de subida comienzo a encontrar algunos hitos y los voy siguiendo. Posteriormente, los hitos empiezan a ser más frecuentes y, en algún punto, encuentro cortas trazas de sendero. No estaba seguro de encontrar por aquí itinerario marcado pero lo cierto es que sí que lo está y bastante. Los hitos son bastante continuos y suficientemente grandes como para poderlos seguir perfectamente. Siguiendo los mismos atravieso algunos de los pequeños lagos que conforman los denominados Gorgs del Cadí, algunos por su izquierda, otros por su derecha. A mi espalda tengo ya, todo el rato, la vertical muralla del Canigó, el Pic de Barbet y el Puig Sec, y puedo observar el camino que, contorneándose en multitud de revueltas, sube hacia la Portella de Vallmanya.

Cuando llego al más alto de los lagos, sobre los 2.400 metros, y creo también que el más grande, lo orillo por su derecha y comienzo enseguida a remontar una pedregosa y vertical pala que sube hacia lo alto del cresterío superior, en el que observo un gran nevero. En algún punto puedo ver algunas marmotas corriendo hacia sus madrigueras. Poco a poco me voy acercando a dicho nevero, después de efectuar algunos descansos intermedios ya que el desnivel es muy fuerte. En la zona intermedia de la subida puedo observar también, a mi derecha, un nutrido grupo de rebecos que cuando me ven salen en estampida. Después de casi tres cuartos de hora desde que abandonara el refugio Aragó alcanzo la parte alta del cordal, en una especie de colladito, justo al lado del nevero antes mencionado y cerca de una pequeña y redondeada prominencia. En este punto el viento, que hasta ahora estaba bastante calmado, comienza a soplar de un modo muy fuerte y molesto. Prosigo, ahora, hacia la izquierda en busca de mi primera cima de hoy que observo relativamente cercana. Después de sobrepasar una pequeña elevación intermedia sigo subiendo, ahora ya todo el rato por zona de canchales, hasta alcanzar en unos diez minutos desde que dejara el collado precedente la cima del Pic dels Gourgs (2.640 mts.). Desde esta cima observo hacia el suroeste toda la larga cresta que se dirige, pasando por el amplio collado de La Portelleta, hacia el Pic de Rojà, que aparece esbelto y recortado en la lejanía.
Después, prosigo mi camino. Ahora voy en busca del Puig Occidental de Tretzevents que veo no muy lejano, así como la delgada cresta que se dirige hacia su vecino Pic de Tretzevents, el más elevado. Continuo por el cordal, resiguiendo una sencilla ladera pedregosa, hasta alcanzar un punto en donde se halla un enorme hito, justo por encima de la zona de cresta que desciende hacia la Portella de Leca, a la cual después quiero dirigirme. Después, sigo unos pocos metros hasta llegar a la cima del Puig Occidental de Tretzevents o Tres Vents (2.727 mts.).

Posteriormente, comienzo a reseguir la pequeña Serra de Tretzevents. Desciendo a un pequeño y sencillo collado, para volver a ascender una veintena de metros de desnivel, y, después de unos siete u ocho minutos de progresión desde su cima occidental, llego al Pic de Tretzevents o Tres Vents (2.731 mts.), tercera cota en altura del macizo después del Canigó y el Pic de Barbet. En la cima, además de un gran hito de piedras, hay un pequeño piolet metálico clavado en un poste de hierro y algunas sencillas antenas.

 

 

Regreso después hacia el pico occidental. Una vez en el mismo me acerco al hito situado en la parte superior del cresterío que baja hasta la Portella de Leca para hacerme una idea del mismo. No parece demasiado complicado y es por eso que, a pesar de que el viento sigue soplando fuerte, comienzo el descenso por dicho cresterío. Trazas de sendero y algunos hitos me marcan el mejor itinerario de descenso hacia la Portella de Leca. Después de descender, sin demasiadas complicaciones, los más de ciento treinta metros que me separan de la misma, alcanzo dicho collado, la Portella de Leca, situado a unos 2.595 metros de altura. Intento ahora observar la posibilidad de descender, para cuando vuelva del Puig del Roc Negre, desde aquí hacia el valle inferior, sin tener que ascender de nuevo al cordal desde el que he bajado. Aunque no hay marcas ni itinerario alguno, pienso que es factible el descenso, aunque tenga que ser sobre un inmenso pedregal. Ahora me toca ascender de nuevo y lo que veo no me parece que haya de ser demasiado fácil. Comienzo la subida por donde creo que es mejor, de momento sin hito alguno que me confirme la dirección. A ratos por la derecha, a ratos por la izquierda, y otras veces a toda cresta voy ascendiendo, en algunas zonas por tramos algo delicados. En algún punto encuentro algún hito desperdigado, pero sin demasiada continuidad. Avanzo casi todo el rato por la izquierda de la cresta. En alguna zona descubro algún punto de pintura rojiza que parece mostrar trazas de itinerario, pero son bastante inconexos.

Al bajar descubriré que el mejor itinerario de subida es por la derecha, por zonas algo herbadas. Con cuidado y paciencia, sorteando enormes bloques, me voy acercando a la piramidal cima de la montaña que, aunque la veo cercana, nunca acabo de llegar a la misma. Después de pasar algunos pasajes bastante complicados, ya bastante arriba llego a un punto donde ya tengo frente a mí y muy vertical el enorme hito cimero, unos diez metros por encima. Un corto y vertical canalón, con muy buenas presas, me deposita ya finalmente en la cúspide del Puig del Roc Negre (2.714 mts.). Desde la Portella de Leca hasta esta cima he utilizado más de media hora y alguna que otra dosis de adrenalina. Y unas 4 horas largas desde el inicio del recorrido. De todas maneras, ahora, las vistas compensan todo el esfuerzo. Tengo frente a mí la alargada cresta de Tretzevents, con sus dos cimas, y más a la derecha sobresale el Pic dels Gourgs. Al norte, espléndido, el Canigó. Y debajo puedo observar todos los pequeños lagos que conforman los Gorgs del Cadí y el valle en el que reposan. Un buen panorama.

 

Llegando a la cima del Pic de Tretzevents

 

Después de un rato en esta privilegiada cima, comienzo el regreso. Una vez descendida la primera canal, en principio voy resiguiendo la cresta, pero más abajo observo, por la zona contraria a la que había subido, algunos hitos. A la que puedo bajo hasta los mismos y, ahora, los voy siguiendo, flanqueando la parte sur de la cresta por zonas algo herbadas. Los hitos tienen continuidad y, aunque siempre el terreno es muy pendiente, me van acercando más cómodamente a la Portella de Leca. Ahora, ya en este collado, miro de ver la mejor manera de descender hacia los Gorgs del Cadí. Al principio atisbo algún montón de piedras que parece ser algún hito, pero no lo tengo muy claro. Posiblemente, en algún momento atrás hubiera existido un itinerario de descenso, pero la inclinación y el tipo de terreno lo ha ido borrando. Yo comienzo el descenso sobre grandes canchales, con fuerte desnivel, siguiendo una pedregosa pala que llega hasta abajo. La progresión se me hace lenta y fatigosa. Tengo que vigilar mucho donde coloco los pies, pues las piedras están totalmente sueltas. Intento no bajar directamente sino faldear hacia la izquierda. Ya bastante abajo comienzo a encontrar alguna zona verde y, enseguida, llego cerca del más alto de los lagos, justo en el punto en donde vuelvo a encontrar algunos tímidos hitos, lo que me da más seguridad acerca de la posibilidad de la existencia de itinerario marcado en algún otro tiempo.

 

Vistas desde la cima del Puig del Roc Negre

 

Ya al otro costado de este lago reencuentro los hitos que había seguido a la subida y, ahora, sigo los mismos en sentido contrario. Voy descendiendo, pasando cerca de la mayoría de los otros pequeños lagos de la zona, hasta llegar de nuevo a las cercanías del camino que proviene de la Portella de Vallmanya. Bajo un poco más y alcanzo el mismo. Ahora se trata solo de seguirlo en sentido contrario. Paso al lado del refugio Aragón, atravieso la Jaça del Cadí, llego a la curva en la que cruzo el río de nuevo y realizo la última parte del descenso hasta volver a cruzar el torrente de la Llipodera y efectuar el pequeño ascenso final hasta el aparcamiento de Marialles. Al final habré estado casi 7,30 horas caminando. Después, llego al coche y comienzo el regreso.

Crea tu propia página web con Webador