Comienzo, después, el regreso. Vuelvo a recorrer la cresta en sentido contrario y llego a la prominencia inicial. Después, comienzo el descenso por el mismo sitio que en la subida, hasta llegar de nuevo a las cercanías del Estany de Solà Colomer. Ahora, en lugar de dirigirme hacia la zona inicial del mismo, hacia el sur, rodeo el lago por su zona norte y comienzo un suave descenso por zonas de grandes bloques, en dirección a la Porteille de les Vésines. Superada la zona del lago, y tras un buen rato de recorrido más, acabo llegando a dicho collado, situado a unos 2.330 metros de altura. Desde este collado observo alguna traza de sendero pero muy desdibujado. También veo algún hito desperdigado. Realmente no hay ningún camino que suba hacia la cima que tengo ahora enfrente, únicamente rastros del mismo en algún punto, pero sin ninguna continuidad. Comienzo el ascenso realizando algunas vueltas a un lado y al otro, buscando los pasos más cómodos, por tramos de hierba y otras zonas bastante pedregosas. Voy, en general, con tendencia a la izquierda. Bastante arriba alcanzo una pequeña brecha, donde encuentro un hito solitario, y, después, paso al otro costado. Al final llego a una zona de grandes bloques. Una sencilla trepada final, sin demasiada dificultad, me deja en la cima del Pic de Cortal Subrà (2.599 mts.), desde el que tengo un gran panorama a mi alrededor, destacando, bastante cercano, el Puigpedrós de Llanós. Unos 45 minutos más.

Al cabo de un rato comienzo el descenso, ahora en dirección sudoeste. La misma tónica de recorrido, sin camino de ninguna clase, pero con la vista puesta en la zona de torrentera que desciende desde el Estany de Solà Colomer. Tras un buen rato de descenso, casi a tumba abierta, llego al sendero GR que me ha de llevar de nuevo hasta el Estany de les Vésines. Sigo bajando, después, por el GR hasta un punto en donde encuentro una especie de desviación hacia la derecha. Cojo la misma y, por zonas algo precarias, sigo bajando casi por el centro del torrente. Finalmente llego al rellano inicial donde, en un costado, está la Cabana de les Vésines, una pequeña construcción pastoril. Recorro el llano, siempre cerca del torrente, y, en su final, encuentro un pequeño puente metálico que me permite vadearlo. Al otro lado, en poco rato, acabo llegando al camino de retorno. Recorro el mismo, sobrepaso el Estany de les Vésines, desciendo su parte inicial y comienzo el regreso por el fácil sendero que me lleva de vuelta al punto en donde tengo el coche, tras algo menos de 2 horas desde el Pic de Cortal Subrà. Cojo el coche y regreso a casa.