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Pic de Fonguera (2.883 metros)

Pui de Linya (2.869 metros)

 

Para ir al Pic de Fonguera y al Pui de Linya existen dos maneras sencillas de ascensión. Una, la que sube directamente desde Espot por el valle de Peguera, y otra, la que una vez dejado el coche en el aparcamiento del Prat de Pierrró se va subiendo por la pista forestal por la que ascienden los taxis todoterreno de Espot hasta el refugio Josep Maria Blanch, en el itinerario que denominan excursión al Estany Negre. Ambas se juntan en un punto un poco antes del Estany de Lladres y el tiempo que se puede emplear en llegar a dicho punto es bastante parecido en ambos casos. La que sube desde Espot es una vía más directa pero tiene casi trescientos metros más de desnivel y la otra variante es más larga pero sensiblemente más llana. Hecha esta pequeña introducción, he de decir que yo opté por subir desde el aparcamiento del Prat de Pierró. Pernocto en Espot. A la mañana siguiente cojo el coche y subo hasta dicho parking. Comienzo el ascenso por el ancho camino forestal que, con un desnivel regular, va subiendo poco a poco por la ladera noreste del Pui de Linya, sobre el valle de Espot, en una zona denominada Bosc de Riufred. Avanzo primero en medio de altos abetos y, más adelante, entre abedules y pinos. En alguno de los pinos sorprendo algunas pequeñas ardillas de oscuro pelaje que, asustadas, suben rápidamente hacia las copas de los mismos. Al cabo de algo más de media hora llego hasta la tubería que baja desde el Estany de Sant Maurici hasta Espot cuya caída de agua se transforma en energía eléctrica en la central situada en la parte superior del pueblo.

En este punto la pista vira súbitamente hacia la derecha y llanea un buen trecho hasta girar de nuevo, ahora hacia la izquierda, resiguiendo el contorno del depósito regulador del agua que se vierte tubería abajo. Es este depósito muy grande y profundo y está vallado para evitar accidentes. Posteriormente sigo la pista, ahora con la pendiente cada vez más pronunciada, hasta alcanzar al cabo de un rato una pequeña cabaña de piedra, un poco destartalada, pero que ofrece un magnífico aspecto. Dejando atrás esta cabaña, sigo subiendo hasta encontrar en un cerrado recodo de la pista una nueva cabaña, esta vez construida totalmente de madera, situada estratégicamente. Dejo también atrás esta cabaña y subo un poco más hasta un pequeño collado, sobre los 2.050 metros de altura, a partir del cual la pista desciende unos sesenta o setenta metros hasta llegar a una parte totalmente llana. En poco rato, siguiendo dicha parte llana, llego a la entrada de un corto túnel, que no creo que tenga más de un centenar de metros de largo. Al otro lado, giro hacia la derecha y, ahora, ya voy todo el rato transitando por un amplio y llano camino que, situado en la barrera de los 2.000 metros de altura, me lleva en dirección al Estany de Lladres. Dicho camino aloja en su interior la tubería que desde el Estany de Lladres baja hasta la pequeña central eléctrica de Lladres, y es fácilmente reconocible porque de vez en cuando voy encontrando en el camino algunas arquetas para acceder a dicha tubería en el caso de que fuera necesario.

Voy siguiendo este llano y agradable camino que, en poco menos de unos dos quilómetros, me deja en las cercanías del Estany de Lladres, justo en el mismo punto donde se le junta por la izquierda el marcado sendero que sube desde el pueblo de Espot. El Estany de Lladres lo encuentro bastante vacío. Al fondo observo la cuenca lacustre del valle de Peguera, rematada por el Pic del Montanyó y el Pic de Mainera y, entre los mismos, las Crestes de l,Avió y la cresta de Mainera. A partir de aquí el camino-pista vuelve a aumentar de desnivel y, rodeando el Estany de Lladres, va ascendiendo fuertemente. Más adelante una serie de zigzagueantes curvas, en algunas de las cuales han cimentado las piedras para permitir la subida de los todoterrenos por las mismas sin problemas, me van acercando, sin poder divisarla todavía, hacia la presa del Estany Tort de Peguera, en un promontorio del cual está situado el refugio Josep Maria Blanch. En un recodo del camino encuentro una especie de pequeño arroyo. Sin llegar al Estany Tort de Pequera, un poco antes, en una zona de pastizales que sube hacia la derecha situada sobre los 2.280 metros de altura, observo en lo alto lo que intuyo que es la vertical canal que tengo que ascender para llegar en su parte superior al falso altiplano que acaba en el Pic de Fonguera. Sin pensármelo demasiado, ya que parece bastante evidente, comienzo a remontar esta pala herbada, sin hitos ni rastros de sendero, al principio con moderada inclinación.

 

 

Al cabo de un cierto trecho llego a la base de la empinada canal y lo que veo no es muy alentador. Pero ya sabía lo que me encontraría. Comienzo a remontar dicha canal, intentando zigzaguear un poco para moderar la inclinación, y procurando descansar de vez en cuando un ratito, ya que las pulsaciones se aceleran muy fácilmente. Al ir incrementando la altura cada vez voy viendo mejor todos los lagos que conforman la cuenca lacustre de Peguera, el Estany de la Cabana, el Tort de Peguera, el Negre de Peguera, el de la Coveta, el de La Llastra, etc. y, además, la excelente situación del refugio Josep Maria Blanch. Después de algo menos de media hora de ascensión llego a la parte superior de la canal justo al lado de un pequeño espolón rocoso. Aquí las dificultades menguan y aparece un amplio tramo herboso, con poca inclinación, que, después de superar un pequeño collado, comienza a subir en dirección al Pic de Fonguera que tengo ya a la vista. Mientras voy subiendo observo a mi izquierda la cresta que va desde el Pic de Montestero al Pic de Fonguera y, más lejanos, el Pic de Peguera y el Tuc de Saburó. Al acercarme a la pequeña pirámide final observo también hacia mi derecha la fácil cresta que me permitirá llegar hasta el Pui de Linya. Después de un buen rato de caminar por las alturas alcanzo la base de la pirámide somital del pico y, en muy poco rato, asciendo al mismo. Llego, pues, al Pic de Fonguera (2.883 mts.). Tiempo hasta el mismo, aproximadamente, unas tres horas y media. El pico es un vértice geodésico y en la cima está situado un tubo de cemento con una base de hormigón y la placa metálica del Instituto Geográfico Nacional.

 

Cima del Pic de Fonguera

 

Al cabo de un rato, emprendo camino hacia el vecino Pui de Linya. Sigo, más o menos, el cordal, hasta llegar al collado que separa ambos picos, mientras voy admirando vertiente abajo el pequeño Estany de Fonguera, situado en una pequeña cubeta, a unos 2.550 metros de altura. Y mirando hacia atrás observo las verticales y pétreas paredes norte del Pic de Fonguera, que contrastan con su plácida ladera meridional. Desde el collado, comienzo a remontar por el otro costado los poco más de cien metros que me separan de la cumbre del Pui de Linya. Llego primero a una antecima, prácticamente de la misma altura que el pico, y después paso sobre el vertical circo colgado de Linya que se precipita con gran inclinación ladera abajo hacia el noroeste. Después vuelvo a subir un poco, llegando en un corto espacio de tiempo a la cima del Pui de Linya (2.869 mts.). He tardado, aproximadamente, una media hora en recorrer la cresta que une ambos picos. En éste la cima está formada por un gran mojón de piedras. Observo bajo mi, un poco difuminada por ser más bajos que las montañas del fondo, la silueta trasera de los famosos Encantats, y a su derecha la gran masa de agua del Estany de Sant Maurici. Observo también la atormentada falda noroccidental de las dos cimas, que aparece como cortada a pico descendiendo hacia el torrente de Botero que desemboca en el barranco que baja por el valle de Espot, en las cercanías del Pont de Pallers.

 

Cima del Pui de Linya

 

Llega el momento de regresar y comienzo a descender por la herbada ladera oriental del Pui de Linya, mirando de dirigirme hacia la derecha hasta encontrar una parte más vertical, que bajo como buenamente puedo, hasta llegar a su base, desde donde parten montaña abajo dos barrancos. Aunque he leído que tiene algún tramo un poco descompuesto, opto por bajar por el barranco de la izquierda, vertical y algo complicado, buscando el mejor itinerario de descenso. Tengo todo el rato frente a mí, muy por debajo, la silueta del Estany de Lladres. Bastante más abajo, donde comienza el arbolado, llego a una parte algo más comprometida y transito como puedo entre bloques de piedra y los pinos del barranco. Ya más abajo, en el denominado Planell de Lladres, la inclinación mengua y también las dificultades. Alcanzo, al fin, la pista que baja del Estany Tort de Peguera. Llego después al lado del Estany de Lladres. Ahora me toca de nuevo desandar el llano camino por el que he venido por la mañana, hasta llegar otra vez al  túnel que vuelvo a atravesar, ahora en sentido contrario. Después del túnel me toca ascender los pocos metros que el camino pierde desde el colladito superior y, llegando al mismo, inicio el descenso definitivo hacia el aparcamiento del Prat de Pierró. Sobrepaso las dos cabañas, la de madera y la de piedra, el depósito regulador que ahora me fijo en que tiene puesto un cartel que dice algo así como “peligro estanque profundo”, y llego de nuevo a la tubería que baja hasta Espot. Solo me falta descender los aproximadamente dos quilómetros y medio que me faltan para alcanzar al aparcamiento de Prat de Pierró, al que llego en unas 3 horas de descenso total. Bajo después hasta Espot y, desde aquí, vuelvo a casa.

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