3.-

Infierno Occidental (3.073 metros)

Infierno Central (3.082 metros)

Infierno Oriental (3.076 metros)

 

Salgo el día anterior en dirección a Panticosa y me alojo en el refugio Casa de Piedra, a unos 1.630 metros de alto. Tras levantarme temprano, al día siguiente, comienzo la subida hacia los picos del Infierno. Prácticamente desde el mismo refugio salgo por un estupendo camino bien marcado y señalizado en dirección al barranco del Bozuelo. Subo por la izquierda del torrente, ganando altura rápidamente por entre arbolado y piedras. En algún momento efectúo algunas pequeñas subidas y bajadas. Más tarde, el camino aún se empina más cuando alcanzo la llamada Cuesta del Fraile. Al final de esta pronunciada subida llego al embalse Bajo de Bachimaña, a unos 2.180 metros de altura. Tiempo hasta el mismo 1,15 horas. Prácticamente no me detengo, ya que la ruta es larga, pero tengo entendido que en el otro lado del embalse hay una pequeña cabaña. Después, rodeo este embalse por la izquierda, sigo ganando altura y llego rápidamente a avistar el embalse Alto de Bachimaña. Al ser éste un embalse muy grande, cruzarlo hasta su inicio requiere un cierto tiempo.

 

 

Después de ascender una pequeña barra rocosa, el camino vuelve a allanarse. Prosigo por él recorriendo los graderíos que dominan la parte oeste del embalse, hasta llegar a cruzar el torrente de los Ibones Azules, a unos 2.250 metros de alto, ya en la parte inicial del embalse Alto de Bachimaña. Al otro lado de este embalse existe también un pequeño refugio abierto. Tiempo 2,15 horas. Ya en el otro lado del torrente, en suave pendiente, comienzo a remontar su curso por la derecha. Llego al poco rato al Ibón Azul Bajo, a 2.350 metros, y, en unos minutos más, al Ibón Azul Superior, a 2.390 metros. Entre ambos, una caseta metálica afea el camino. A partir de estos ibones, el camino se vuelve más pedregoso y la pendiente aumenta ostensiblemente. Teniendo en todo momento frente a mí el collado del Infierno, voy subiendo a buen ritmo por la vertical pendiente, hasta que alcanzo tranquilamente el mismo después de algo más de una hora desde que abandoné el embalse Alto de Bachimaña.

 

Vistas hacia el Balaitús en el ascenso. En primer término, el Ibón de Tebarray

 

Una vez en el collado del Infierno, situado a unos 2.720 metros de altura, giro bruscamente hacia la izquierda y remonto una descompuesta cresta hasta la base del pico Garmo Blanco, sobre los 2.960 metros. Observo que seguir por la arista hasta él resulta algo complicado y opto, por precaución, por desviarme hacia la derecha, dando un pequeño rodeo para evitar el mismo. El itinerario se torna más practicable y, ya cerca de la cumbre del pico Occidental del Infierno, enlazo con el camino de subida a los picos del Infierno viniendo por la vía del Cuello de Pondiellos, exactamente en la arista que, subiendo desde los ibones de Pondiellos, acaba en dicho pico. Unos repechos más y, en poco rato, alcanzo el primer pico del Infierno, el Infierno Occidental (3.073 mts.). Tiempo total de ascensión unas 4 horas. Después de un pequeño descanso me paro a observar la cresta que aparece frente a mí. El desnivel a cada lado es impresionante, pero el camino es fácilmente practicable. El espacio de paso, sin ser muy ancho, tampoco es demasiado justo. La cresta es más bien compacta y carente de dificultades. Decididamente, marcho hacia los otros Infiernos. Entre cada uno de los picos hay como mucho unos doscientos metros. El cómodo paso me permite llegar en pocos minutos al Infierno Central (3.082 mts.), y en otros escasos minutos al Infierno Oriental (3.076 mts.). Tiempo hasta aquí 4,30 horas.

 

La recortada cresta de los Infiernos

 

El regreso lo realizo por el lado contrario del que he subido, es decir, por el cuello de Pondiellos. Comienzo a bajar en dirección a la cuenca lacustre que tengo bajo mis pies, o sea hacia los ibones de Pondiellos. El descenso es brusco al principio pero al cabo de un cierto tiempo el camino vira hacia la izquierda en dirección al Cuello Saretas. Pero yo no consigo atinar en la desviación hacia dicho collado y, erróneamente, sigo descendiendo por la inclinada ladera hacia el circo inferior. El descenso, algo brusco y complicado, se me dificulta algo más en algún punto donde encuentro trazas de nieve. Finalmente, pero, alcanzo la cuenca de los ibones de Pondiellos. Al haber bajado un poco más de la cuenta, ahora tengo que ascender unos metros hasta el collado de Pondiellos. Desde este collado, inicio de nuevo el descenso por una pedregosa canal, algo vertical y descompuesta, en dirección a la cabecera del torrente de las Argualas. Al llegar al torrente, a unos 2.250 metros de altura, comienzo a observar los primeros tramos herbosos. Frente a mí aparecen de nuevo hitos que señalan el camino. Tras cruzar un tramo arbolado, el camino me acerca hacia el torrente de los Arnales, pero antes de llegar a él me desvío hacia la derecha, en suave descenso. Ahora me acerco de nuevo hacia el torrente de las Argualas, me coloco en su margen izquierda e inicio un fuerte descenso en zigzag, con mucho desnivel, siguiendo el torrente. Al fin, llego a una parte más llana, ya cerca del Plan del Ibón. En poco rato, tras 4 horas de descenso, avisto el refugio Casa de Piedra, desde el cual regreso a casa.

 

Vistas desde la cima. En primer término, el Garmo Negro