8.-

Pic de la Mina (2.683 metros)

Punta de la Vinyola (2.814 metros)

Pic de les Valletes (2.793 metros)

Pic de les Valletes Est (2.787 metros)

Pic de Fontfreda (2.738 metros)

 

Voy con la idea de subir a los picos de la Mina, la Punta de la Vinyola, los dos Valletes y el Pic de Fontfreda, realizando una ruta circular. Entro en Francia por Puigcerdà y subo hasta el Col de Puymorens, a unos 1.915 metros de altura, en cuyo aparcamiento dejo el coche. Comienzo a caminar por una pista bastante practicable para coches, con una parte inicial algo asfaltada, pero que a los pocos metros tiene puesto un letrero que prohibe el paso a todo tipo de vehículos. Esta pista se dirige a una parte intermedia de la estación de esquí de Portè-Puymorens. Voy avanzando por la misma, con poco desnivel y muy constante, encontrando en algún punto trazas de camino que acortan alguna de sus curvas.
Después de unos veinticinco minutos de camino llego al remontador que sube desde el aparcamiento inferior de La Vinyola. Desde aquí un ancho camino me lleva, resiguiendo los remontes superiores, hasta la base del ancho cresterío que llega hasta la cima del Pic de la Mina. Una vez en el mismo voy transitando por una ancha y verde loma en dirección a dicha cima que ya veo cercana. Más adelante encuentro algunos hitos y trazas de sendero, los cuales voy siguiendo hasta las cercanías del punto cimero, en donde el manto vegetal se convierte en un amasijo de piedras. Desde aquí, en unos cinco minutos, alcanzo la sencilla cumbre del Pic de la Mina (2.683 mts.), adornada con una multitud de bastones de colores hundidos en las piedras. Hasta la misma he tardado 1,45 horas, aproximadamente. Desde aquí ya puedo observar el cordal que llega hasta el Coll de l,Orri de la Vinyola y, bajo mí, el pequeño lago del mismo nombre. También observo, perfectamente recortadas, las paredes norte de los picos a los que quiero dirigirme, verticales y prácticamente inaccesibles. Después, prosigo en dirección al Coll de l,Orri de la Vinyola.

Al principio la cresta es bastante accidentada. Comienzo avanzando por su derecha. Después de una corta brecha encuentro una zona muy pedregosa y algo complicada. Como que no hay hitos ni marcas de ninguna clase, avanzo como puedo entre las rocas. Llega un momento en el que encuentro un punto complicado por el cual no puedo descender y tengo que volver sobre mis pasos. Después de mirar a todos lados veo que bajando un poco hacia el costado derecho puedo traspasar esta zona complicada más fácilmente, llegando finalmente a una nueva brecha. Desde este punto la cosa se pone más fácil. Voy avanzando un poco por debajo de la cresta, faldeándola ahora por su izquierda. Después de algunas cortas subidas y bajadas, siempre por el mismo costado, llego a una zona más vertical, ya cerca del collado, en donde giro hacia la izquierda y tengo que tener algunas precauciones. En algo menos de treinta minutos desde que dejara el Pic de la Mina alcanzo el Coll de l,Orri de la Vinyola, situado a una altura de unos 2.725 metros. Ahora estoy en la parte alta del cresterío desde el que hacia la izquierda podría dirigirme hasta los picos de Fontnegra, que ya recorrí, y, hacia la derecha, puedo ir hasta el Pic de Fontfreda. De nuevo observo el contraste entre la zona sur de estos montes, verde y agradable, y la zona norte, agreste, oscura e inexpugnable. Prosigo, pues, hacia la derecha, en busca de la alta y puntiaguda prominencia que tengo frente a mí. Se trata de subir unos escasos cien metros por una loma herbada. Después de unos diez minutos desde el collado precedente alcanzo la cima de la estrecha Punta de la Vinyola (2.814 mts.), la máxima altitud que voy a alcanzar.

Prosigo después en dirección a las dos puntas de Les Valletes. De nuevo bajo hasta otra amplia depresión en el cordal, desde la que baja una vertical canal hasta la zona inferior, para subir de nuevo por el otro costado unos setenta u ochenta metros, alternando pastos y zonas de rocas, hasta alcanzar la cima del Pic de les Valletes (2.793 mts.). Desde la Punta de la Vinyola hasta esta cima he tardado algo menos de quince minutos. La cara norte de este pico, así como la de su vecina punta este, caen casi en picado y creo que se usan a veces como zona de escalada.

 

 

Continuo por la cresta que va hacia la punta este, descendiendo unos veinte o veinticinco metros y volviendo a subir un poco, llegando en unos diez minutos a la cima del Pic de les Valletes Est (2.787 mts.). El panorama no cambia demasiado. Esto sí, desde aquí puedo observar la ancha y fácil zona de pastos que me ha de llevar hasta mi última cima en el día de hoy, el Pic de Fontfreda, que aún me queda bastante lejano.

Comienzo a caminar de nuevo descendiendo hasta otra sencilla depresión, progresando todo el rato por encima de varias verticales canales que caen hacia los llanos inferiores, y que contrastan con el ancho altiplano por el que circulo. Ya en la parte más baja del recorrido observo, aún lejanos, dos artilugios en la zona cimera, que no acierto a adivinar que son. Ahora comienzo a subir, con una pendiente muy suave y entre pastizales, hacia la llana y ancha zona cimera del Pic de Fontfreda, formada por dos puntas muy redondeadas y amplias, casi de la misma altura. Yo me dirijo a la que tiene puestos los vistosos artilugios, que parece ser la más alta. Tras otros veinte o veinticinco minutos desde la cima del Pic de les Valletes Est, alcanzo la cima del Pic de Fontfreda (2.738 mts.). Algo más de 3 horas hasta el mismo. En su parte más alta la redondeada loma cimera tiene colocado un enorme hito de piedras a modo de cima. Cercanos, los famosos artilugios que veía en la distancia descubro que son dos grandes antenas radioeléctricas, que no sabría decir exactamente para que propósito están puestas. Desde este punto observo perfectamente, bajo mí y a mi derecha, el pueblo de Portè-Puymorens y la carretera que sube hasta el Col de Puymorens. Y más lejos, en la misma dirección, todo el macizo del Carlit, esbelto y recortado.

 

Llegando a la cima de la Punta de la Vinyola

 

Ahora voy en busca de la punta occidental, algo más baja, comenzando el regreso. Desde la misma veo hacia el norte, muy por debajo, el Pic de l,Estanyol y la recortada cresta que lo une con el Pic de Fontfreda. Y también las verticales canales que llevan hasta la misma. Más lejos, la amplia zona de las pistas de esquí de Portè-Puymorens y el collado del mismo nombre. Enseguida, voy en busca de la canal por la que he de poder bajar hasta el pedregoso llano inferior. Al principio intento bajar por una vertical zona de pastos situada a la derecha, con un buen desnivel y no muy complicada, pero a la cual no le veo la parte inferior y no sé si tendrá continuidad hasta el final, lo cual no me acaba de agradar. Después de bajar un buen trecho y viendo que sigo sin tener claro el asunto, por precaución decido subir de nuevo y dirigirme más hacia la izquierda para intentar ver el modo de bajar con la seguridad de que no me encontraré con ningún tropiezo. Y encuentro una nueva canal, está más vertical todavía y más descompuesta, pero a la cual le veo la parte inferior y observo que no tiene ningún punto comprometido.

 

Vistas desde la cima del Pic de les Valletes

 

Comienzo a descender por la misma, con una enorme inclinación y formada por pequeñas rocas y gravilla muy suelta, y en la que tengo que tener bastante precaución. En algún tramo intento pasar por alguno de sus costados, por zonas de hierba, pero con la misma o más precaución, ya que sigue siendo muy vertical y puede ser fácil resbalar. De todas maneras, el descenso por zonas herbadas es algo más cómodo. Con paciencia, poco a poco, voy descendiendo hasta llegar a la cubeta inferior. La bajada me ha llevado casi media hora. Ahora estoy situado bajo las paredes norte de los picos que he recorrido y aparecen sobre mí esbeltos, verticales y recortados. Pensando que lo más duro ya lo tengo hecho comienzo a recorrer esta parte baja, la denominada Coma del Prat de l,Orri de la Vinyola, en busca del camino de vuelta, cercano al remontador por el que he subido por la mañana. Pero realmente aún no he hecho lo más duro. El recorrido por esta zona baja, un gran amasijo de canchales y matorrales, sin camino ni itinerario alguno, con frecuentes subidas y bajadas, se me hace también muy penoso y largo. Aunque supongo que en algún tiempo había habido algún tipo de recorrido por esta zona, hoy día solo persisten algunos restos del mismo, ya que en algún punto encuentro algún hito y algún rastro de camino, pero sin continuidad. Mayoritariamente avanzo como buenamente puedo. Empleo, finalmente, más de tres cuartos de hora hasta alcanzar la zona de progresión fácil. Al fin me encuentro en el ancho camino que me ha de devolver hacia el Col de Puymorens. En algo más de media hora de recorrido final llego de nuevo al punto donde tengo el coche. Tiempo de regreso, unas 2 horas. Después, regreso enseguida a casa.