2.-
Astazu Occidental (3.012 metros)
Astazu Oriental (3.071 metros)
Salgo el día anterior en dirección a Bielsa, con la idea de ir a dormir a la zona de acampada del Valle de Pineta para, al día siguiente, intentar ascender los picos Astazus. Ya en dirección al valle, recorriendo durante bastante tiempo bellos parajes, y encajonado cada vez más entre montañas, llego a la cabecera del mismo, cerca del Parador Nacional de Pineta, y me desvío hacia la izquierda para acceder al lugar donde tengo que acampar. Paso la noche en la tienda, a 1.245 metros de alto, y, al día siguiente, me levanto temprano, desmonto la misma, y comienzo la ascensión. Cruzo, por un ancho camino bajo altos árboles, el resto del llano que queda hasta llegar a las paredes del circo. La vista desde la base de la muralla es espectacular. Un gran número de cascadas descienden sobre el valle. A partir de un cierto punto un cartel me indica el camino por el que debo subir. Como que es un itinerario muy concurrido, los montañeros nos mezclamos con cantidad de turistas que también exploran la belleza del lugar.
Comienzo, después, el vertical sendero de subida al Balcón de Pineta. El desnivel es grande pero queda suavizado por las sinuosidades del camino y la espectacularidad del paisaje hace más agradable la progresión. Traspongo varias torrenteras, siempre en contínuo y fuerte desnivel. A medida que voy subiendo compruebo que los turistas que también suben cada vez son menos. Algunos, a pesar de todo, llegarán hasta la parte superior del Balcón de Pineta.Ya casi arriba del todo, el desnivel comienza a decrecer un poco, justo en el mismo momento en que entro en un pequeño barranco. Una vez supero este corto barranco, sin dificultad alguna, pronto alcanzo la parte inicial del Balcón de Pineta, a 2.500 metros. Al cabo de un rato encuentro la famosa cruz que preside este espléndido mirador y aquí me detengo un rato.
Después, prosigo de nuevo en dirección al collado de Astazu. El itinerario, marcado con hitos y ahora con escaso desnivel, atraviesa todo el Balcón de Pineta, entre canchales y grandes neveros, hasta llegar a la orilla del lago Helado de Marboré, sobre los 2.600 metros de altura. Dejo a un lado del lago la brecha de Tucarroya, con el refugio del mismo nombre colgado en su parte superior, y avanzo por una ladera de rocas y nieve en busca del collado. Después de una larga progresión por algunos neveros, pero sin necesidad de crampones en ningún momento, alcanzo el mismo, a unos 2.950 metros de alto. Desde el collado de Astazu, las vistas a cualquier lado son poco menos que espectaculares. Enfrente, el imponente circo de Gavarnie, con los picos de la Cascada, cercanos, y el Casco, la Torre de Marboré y el Taillón, más lejos. Detrás quedan las fabulosas vistas hacia el lago Helado de Marboré, a mis pies, y el Cilindro y el Monte Perdido, con sus heladas laderas, a mi derecha. Giro, después, hacia la derecha, en dirección al Astazu Occidental. Una sencilla y pedregosa cresta me conduce, en pocos minutos, a la cima del Astazu Occidental (3.012 mts.). La subida hasta aquí me ha llevado casi 4 horas.
Lago Helado de Marboré
Tras un corto descanso, sigo mi ascensión en busca del Astazu Oriental. Ahora, la cresta se vuelve más aguda. Algunos pasos son algo delicados. De todas maneras, nada demasiado complicado. Siguiendo, pues, la misma, desciendo un poco dirigiéndome hacia el collado Swan, collado que separa las dos cimas de los Astazus. En poco rato llego al mismo, a unos 2.965 metros. Desde el collado Swan, la cresta, ahora con menos complejidad, se inclina de nuevo, buscando el punto culminante al que me dirijo. Subiendo fácilmente por dicha cresta, alcanzo enseguida la cima del Astazu Oriental (3.071 mts.). Unos 30 minutos desde el Astazu Occidental.
Después, comienzo el regreso. Desciendo de nuevo hasta el collado Swan pero ahora, en lugar de seguir toda la cresta como antes, bajo directamente desde este collado hacia el lago Helado de Marboré. El cansancio comienza a notarse. He efectuado un desnivel muy grande y aún queda casi toda la bajada. La nieve está en un estado perfecto y en poco rato me planto en las cercanías del lago Helado de Marboré. Después, sigo bajando hasta la parte inicial del Balcón de Pineta. Pero todavía queda mucho por bajar. Comienzo, pues, el descenso. Siguiendo de nuevo el zigzagueante camino de bajada, vuelvo otra vez a atravesar los torrentes que se desploman hacia el Valle de Pineta. Lenta pero decididamente, voy progresando hacia el inicio del valle. Al fin, algo cansado, llego al final del sendero que desciende del Balcón de Pineta y me encamino por la fácil y ancha pista que atraviesa el llano, en dirección al coche. En el descenso he empleado más de 3 horas. Desde el mismo comienzo la vuelta a casa.
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