2.-
Aguja Juncadella (3.021 metros)
Aguja de Cregüeña (3.043 metros)
Ya había subido al Aragüells, que inicia los tresmiles de la cresta de Cregüeña. Ahora me decido a subir a algún pico más de la cresta siempre dentro de mis posibilidades. Como que, por la fecha en la que estoy, puedo acceder hasta el refugio de Vallibierna por la pista del mismo nombre en vehículo propio sin las esperas y complicaciones que exige la subida con los autobuses que circulan en verano por el valle de Benasque, y teniendo en cuenta que la ascensión hasta las Agujas Juncadella y Cregüeña se puede hacer aproximadamente en unas 3 horas desde el citado refugio, me decido a ir hacia el mismo. Salgo temprano y, después de atravesar Benasque y recorridos unos pocos quilómetros, llego hasta la desviación que me indica el valle de Vallibierna. Remonto el mismo por la pista que le da acceso, que por cierto está en bastantes buenas condiciones, llegando al cabo de unos 9 quilómetros hasta el pequeño aparcamiento que está frente al refugio de Vallibierna, también conocido como refugio de Coronas, situado a unos 1.950 metros de altura, y a partir del cual no puede seguir ninguna clase de vehículo. Como que hace pocos días ha nevado por las alturas, y no sabiendo lo que me voy a encontrar, me subo los crampones. Comienzo a andar siguiendo la pista que se adentra hacia los valles de Llosás y Vallibierna. Al cabo de unos 10 minutos encuentro la desviación hacia la izquierda que me ha de conducir hacia el valle de Coronas. Al principio el camino es sencillo y con poco desnivel. Caminando entre arbolado voy poco a poco ascendiendo hacia el Ibonet de Coronas. El camino, fácil y muy bien señalizado, se me hace muy agradable.
Al cabo de un rato el desnivel comienza a aumentar, y entro ya en terreno más rocoso. Asciendo tranquilamente hasta llegar al rellano donde se ubica la pleta del Ibonet de Coronas, a 2.230 metros. Sin llegar al ibón, sigo el itinerario marcado con hitos que se aleja un poco del cauce del torrente que baja de los ibones de Coronas. Ahora, comienzo a remontar una pronunciada ladera que, entre vegetación baja y canchales, me va dirigiendo hacia el Ibón Inferior de Coronas. Poco a poco, a medida que voy subiendo, los picos que conforman la cresta de Cregüeña van apareciendo ante mí con toda su majestuosidad. La subida se me hace un poco larga. Siguiendo hitos y con el camino bastante bien marcado me voy acercando al desagüe del mencionado ibón, por el que se precipitan las aguas del torrente formando una pequeña y bonita cascada. Después de salvar un sencillo contrafuerte llego a la orilla del lago, situado a unos 2.620 metros de alto. Vadeo el desagüe del mismo y, siguiendo ahora de nuevo un pequeño contrafuerte rocoso sobre el Ibón Inferior de Coronas, me voy encaminando hacia la izquierda, encontrando de nuevo un muy buen camino que, con menos desnivel, me va acercando al Ibón Medio de Coronas. El espectáculo es cada vez más interesante. La cresta de Cregüeña se divisa ya en toda su extensión. A mi espalda veo el Aneto, con bastante nieve, y la cresta de Llosás, también con algunos tramos nevados. Frente a mí el Aragüells y el resto de la cresta que, por su orientación, prácticamente no tiene restos de nieve. Ya veo que los crampones no me van a ser necesarios. Siguiendo el fácil sendero, ahora ya todo el rato en medio de canchales y rocas, llego a las inmediaciones del Ibón Medio de Coronas, a unos 2.725 metros.
Dejo a un lado la ruta que me llevaría hacia el collado de Cregüeña, a unos 2.905 metros, y sigo en dirección noroeste la vertical y pedregosa pendiente, cada vez con menos hitos, que me dirige hacia la cumbre de la Aguja Juncadella que aparece ahora frente a mí perfectamente identificada. Como que el ascenso no es complicado, voy subiendo, a veces siguiendo hitos y otras en plan más directo, siempre con vistas a la cumbre. Ya casi al final encuentro un pequeño corredor herboso. Mas tarde, soslayo algunos tramos algo descompuestos buscando la traza de la roca más firme. Con la cumbre ya muy cercana realizo ahora una pequeña trepada, llegando enseguida a la cima de la Aguja Juncadella (3.021 mts.), con unas vistas impresionantes. Unas 2,45 horas hasta la misma. A mi izquierda, tras el collado de Cregüeña, la mole del Aragüells. Detrás de mí el valle de Coronas, con sus ibones, la cresta de Llosás y el Aneto, con su recién estrenada nieve. A mi derecha el resto de cumbres de la cresta de Cregüeña. Y a mis pies el inmenso y azul Ibón de Cregüeña.
Llegando a la cima de la Aguja de Cregüeña
Al cabo de un rato comienzo a descender en dirección a la contigua Aguja de Cregüeña. Ahora comienzo a bajar en la dirección contraria a la que he subido, como si me dirigiera hacia los ibones. Pero poco a poco me voy desviando hacia la izquierda, con el propósito de faldear la Aguja Juncadella, yendo en busca de la base de la Aguja de Cregüeña. Paso bajo la brecha que separa ambas agujas y observo la dificultad que entraña intentar subir a la Aguja de Cregüeña desde la misma. Lentamente, intentando no perder desnivel, me voy acercando hacia la brecha que está al otro lado, entre ésta aguja y la Aguja Haurillon, que es por donde he leído que es más fácil el ascenso a la cumbre. Una vez en la vertical de la brecha comienzo a subir por una muy descompuesta canal en la cual de vez en cuando tengo que buscar roca firme donde agarrarme. Llego al fin a la brecha y me paro un rato intentando ver cual es el camino correcto de subida a la cima. Una vez tengo bastante claro el asunto giro hacia la izquierda, pasando un poco a la parte noroeste del pico. El camino es evidente, pero ahora tropiezo con algunos neveros que me dificultan la progresión. Con mucho cuidado de no resbalar ya que la altura comienza a ser considerable, me voy dirigiendo hacia un pequeño hito que parece ser el inicio de la parte final de la subida por delante del pico. Desde aquí otros pequeños hitos me van marcando el camino más fácil de acceso. Subiendo algunos escarpes y atravesando pequeñas cornisas escalonadas, llego a las cercanías de la cumbre. Cuando me faltan unos 6 ó 7 metros para la cima y viendo la dificultad para alcanzar el hito cimero, intento observar cual es el mejor lugar para acometer la trepada final. Después de probar un par de pasos y ver su dificultad retrocedo y me dirijo al que creo será el correcto. Sin ser nada fácil, ya que la subida cruza una pequeña canal entre dos rocas que es muy vertical, y tirando con fuerza de brazos, consigo apoyar los pies en una especie de resalte seguro que me permite ya acceder a la cima. Alcanzo, pues, la precaria cumbre de la Aguja de Cregüeña (3.043 mts.). Algo más de media hora el recorrido entre ambas cimas. Prácticamente el panorama no cambia en absoluto.
En dirección a la Aguja Juncadella
Después, me preparo para el descenso que promete ser interesante. La canal que de subida me había parecido bastante complicada, ahora de bajada me parece bastante más sencilla. Voy en busca de los pequeños hitos que me marcan el camino correcto y en algún punto los extravío. Tengo que bajar un buen rato como puedo hasta que, un poco más abajo, reencuentro los hitos, que ya no perderé en ningún momento, el último de los cuales me lleva a la parte de la montaña por donde con cuidado puedo bajar hasta la brecha en la que he iniciado mi trepada. Redesciendo desde la brecha por la descompuesta canal hasta llegar a terreno más practicable. Siempre en dirección a la parte inicial del Ibón Medio de Coronas, voy encontrando algunos hitos que, todo el rato entre grandes bloques de piedra, me van encaminando hacia la parte central del valle. Llego al lado del Ibón Medio de Coronas y prosigo en busca de la cabecera del Ibón Inferior de Coronas. Esta vez no lo vadeo por el mismo sitio, sino que bajo por el costado izquierdo de la cascada que se forma a su salida. Con vistas al Ibonet de Coronas reanudo el descenso en dirección al mismo siguiendo el pedregoso pero bien marcado camino que se dirige hacia él. Siguiendo las lazadas del sendero llego en poco rato a la altura de dicho Ibonet de Coronas. Ahora, penetro de nuevo en el bosque y voy descendiendo tranquilamente hasta alcanzar la ancha pista que lleva hacia los valles de Llosás y Vallivierna. Giro hacia la derecha y, siguiendo la pista, me acerco hacia el refugio de Vallibierna, donde tengo el coche, al que llego tras unas 3 horas de descenso. Después, ya con el mismo, inicio el descenso de la pista de Vallibierna. Llego a la carretera general y giro hacia Benasque para proseguir mi camino de vuelta en dirección a casa.
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