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Pic Maubic (3.058 metros)

Aguja Tourràt (3.014 metros)

 

Me dirijo hacia la frontera francesa en dirección al túnel de Bielsa-Aragnouet, para entrar en Francia y dirigirme al pueblo de Fabian, donde tomo la carretera de montaña que asciende hasta el lago de Orédon, ya que voy a pasar la noche en el refugio de Orédon. Mi intención es subir al Pic Maubic y a su cercana cumbre la Aguja Tourràt situada un poco más abajo de la cresta que proviene del Pic Long, por encima del Lac Tourràt. Me levanto temprano, dejo el refugio y tomo el coche para dirigirme al embalse de Cap de Long. Aquí, a unos 2.145 metros de altura, aparco el mismo lo más cerca que puedo del inicio del camino y, enseguida, comienzo la ruta. El camino se inicia un poco más allá de la presa a pocos metros por encima del lago. Pronto comienzo a subir por un muy bien arreglado camino que, después de unas unas cuantas lazadas, llega hasta una altura de unos 2.265 metros por encima del lago, bordeando el mismo. Ya desde el inicio, a unos 2.170 metros, se ven algunos neveros, lo cual me hace pensar que encontraré bastante nieve. Al otro lado del lago, encima de mí, tengo en todo momento una gran mayoría de cimas importantes y conocidas, Ramoung, Néouvielle, Turón de Néouvielle, Trois Coinsellers y Punta Reboul Vidal.

Después de alcanzar la máxima altura sobre el embalse de Cap de Long, tengo que descender algunos metros en dirección al torrente de Cap de Long y, poco a poco, voy comenzando a observar el valle en toda su majestuosidad. Tal como había pensado la nieve está casi por todas partes. De todas maneras los grandes neveros están a bastante altura. Cuando llego al torrente me topo con una primera dificultad. El deshielo es tan grande que el agua baja abundantemente y no intuyo por donde podré cruzarlo. Después de observar durante un rato llego a la conclusión de que podré intentar cruzarlo un poco más arriba, en una parte algo llana donde baja un poco más remansado y, además, bifurcado en dos. Cruzo la primera de las bifurcaciones mojándome bastante y procurando no resbalar. La segunda bifurcación es bastante más ancha y algo más complicada. Saltando de piedra en piedra, siguiendo el trazado por donde el agua baja menos rápida, con mucho cuidado alcanzo la otra orilla, no sin llegar con los pies totalmente mojados. No es un gran problema ya que el día está muy soleado y sé que pronto se me van a secar.

Después de este primer pequeño tropiezo prosigo, ahora subiendo por el costado derecho del torrente, por una zona de hierba y piedras, que tiene una acentuada pendiente. El itinerario está bien marcado con hitos. El camino, sin dificultad alguna, va acercándome lentamente a una parte más llana, donde reposa un pequeño lago, a unos 2.565 metros de altura. A partir de aquí, comienza a haber neveros casi por todos sitios, pero se observan elevaciones pedregosas por donde se puede seguir subiendo sin pisar todavía nieve. Rodeo el lago por su derecha y comienzo a subir de nuevo por algunos pedregales en los cuales observo algunos hitos aislados. Como que tengo frente a mí en todo momento el pico a donde me dirijo y el día está muy claro, no hay pérdida alguna.  A partir de un cierto momento voy girando poco a poco hacia mi derecha, abandonando la ruta que me llevaría hasta el glaciar del Pays Baché. A partir de ahora, me tropiezo con algunos neveros que no tengo más remedio que atravesar. Si la pendiente es pequeña, como que la nieve está algo blanda, los cruzo sin ponerme crampones, sin problema alguno. Si encuentro alguno más inclinado, por precaución, me calzo los pinchos. Al final me los tengo que colocar un par de veces.

 

 

Lentamente, siempre en dirección hacia la derecha, voy acercándome a la base del pico al que quiero subir. Viendo que hasta la cumbre ya no queda nada de nieve y que la cresta que he de seguir para llegar a la Aguja Tourràt también está limpia, y teniendo en cuenta que estoy solo por estos parajes, opto por dejar crampones y piolet en un cierto punto de donde tomo buena referencia. Así caminaré mejor. De esta manera, en poco rato, alcanzo una primera antecima. Después, en escasos minutos, llego a la cumbre del Pic Maubic (3.058 mts.). Algo más de 3 horas hasta el mismo. Al suroeste, por encima del pico, las vistas sobre el Pic Long y su aérea cresta son impresionantes. A su izquierda, el Pic Badet y su aguja homónima aparecen totalmente recortados en la lejanía. Al sureste el Campbiel, silueteado entre nubes, sobresale por encima del Gourg de Cap de Long. Y hacia el oeste, por encima del lago Tourràt, el cresterío formado por el Dent d,Estibère Male, el Bugarret y la Pale Crabounouse se observa magnífico.

 

Aguja Tourràt desde el Pic Maubic

 

Después, comienzo a bajar en dirección a la Aguja Tourràt, siguiendo una cresta que, en principio, parece algo complicada. En algún lugar se estrecha muchísimo y el patio es importante. De todas maneras, con precaución, se puede reseguir fácilmente la misma. Después de pasar por el costado izquierdo de una primera mole pétrea, desciendo hasta una horcada. Volviendo a la cresta, el pico se ve ahora cada vez más cercano. Siguiendo por el filo, me toca de nuevo trasponer un par de brechas hasta llegar ya a la base de la Aguja Tourràt. Después de trepar de nuevo un poco, por terreno fácil, alcanzo la cima de la Aguja Tourràt (3.014 mts.). He tardado unos veinte minutos desde el Pic Maubic. Debajo de mí, el lago Tourràt aparece casi fantasmagórico. Solo se distingue su silueta ya que tanto su cubeta como el mismo lago están completamente cubiertos de nieve. Comienzo el regreso y, sin llegar a la cima del Pic Maubic, un poco antes, lo flanqueo dirigiéndome al camino de subida. Llego al punto donde he dejado los crampones y el piolet y los recojo. Después, decididamente, me toca descender.

 

Cima de la Aguja Tourràt

 

Observo que en los neveros en que antes he usado los crampones ahora la nieve está perfecta y, a pesar del desnivel, no tiene ningún peligro. Desciendo muy rápidamente directamente sobre todos los neveros que puedo hasta llegar cerca de los 2.500 metros, donde me toca ya pisar únicamente roca. Aquí reencuentro el buen camino balizado que, con marcado desnivel, me acerca de nuevo hacia el embalse de Cap de Long. Llego, más tarde, a las cercanías del torrente de Cap de Long, donde de nuevo se me plantea el problema de por donde vadearlo. No tengo tanta suerte como por la mañana y, después de mirar por distintos sitios, opto por uno que no era el mismo por el que lo había cruzado antes. Esta vez me mojo hasta por encima de las rodillas, pero de todas maneras no me preocupa demasiado porque sé que pronto me voy a secar. Una vez cruzado el torrente, sigo bajando un rato más hasta el momento en que el camino inicia de nuevo la subida para bordear el embalse de Cap de Long. El bordeo del embalse ahora se me antoja más largo. Después de volver a subir algunos metros el camino desciende definitivamente y llego al aparcamiento del embalse de Cap de Long, desde donde inicio el largo camino de vuelta hacia casa. Sobre las 2,30 horas de regreso.