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Gabieto Oriental (3.031 metros)

Gabieto Occidental (3.035 metros)

 

Habiendo pernoctado en Gavarnie la noche anterior después de haber subido al Petit Vignemale, temprano, me dirijo hacia el Coll de Tentes, siguiendo la perfecta y bien asfaltada carretera que, en unos 10 quilómetros, me acerca hasta el mismo, a 2.185 metros de alto, y ya está lleno a rebosar. Comienzo a caminar por los dos quilómetros de asfalto que me separan del Puerto de Bujaruelo, acompañado de otros muchos montañeros. Pronto compruebo lo que hacía un cierto tiempo me había estado preguntando, o sea, que porque no pueden llegar los coches hasta el citado puerto. Una buena cantidad de desprendimientos de rocas bloquean en bastantes lugares este primer tramo del camino hacia el refugio de Sarradets. Como que el camino es casi llano, alcanzo en unos 25 minutos el Puerto de Bujaruelo, situado a 2.270 metros de alto y que separa Francia de España. A partir de aquí dejo el asfalto y giro hacia la izquierda tomando el ancho y perfecto camino, pero con algunos altibajos, que lleva a Sarradets. El trayecto es largo pero con poca inclinación, y el sendero, que va recorriendo la cara norte del Taillón, está claro en todo momento.

Voy subiendo, adelantando en algún momento algún grupo de montañeros, hasta llegar a las cercanías del torrente por el que bajan las aguas del glaciar del Taillón. En este lugar, muy fotogénico por cierto, cruzo las cascadas que forma el agua entre las pulidas piedras, mojándome forzosamente como todo el mundo. Observo a un lado las cadenas colocadas a un lado del torrente, que como es de pensar en alguna época del año pueden ser necesarias. Ahora el camino sube con fuerte pendiente, dando suaves lazadas, en dirección al cercano collado de Sarradets. En poco rato alcanzo el mismo, sobre los 2.505 metros de altura, y vislumbro ya bastante cercano el refugio de Sarradets. Después de descender un poco, llego en unos minutos al mismo.

Tengo que admitir que el refugio de Sarradets, cuyo nombre oficial es el refugio de la Brèche, situado a 2.585 metros de altitud, tiene una situación privilegiada y envidiable. Las colosales vistas desde el mismo lo hacen un lugar realmente excepcional. En el mismo, descanso un rato. Después, comienzo a subir por trillado camino en dirección a la brecha de Roldán. La subida es un poco dura, tanto por su inclinación como por lo pedregoso y suelto de su firme. A mi derecha observo los restos de un gran y persistente nevero. Poco a poco me voy acercando a un murallón rocoso, entrando en una parte más llana. Ya tengo la brecha a tocar. Solo me queda ascender el perpetuo nevero por el que se accede a las inmediaciones de la misma. La nieve está un poco dura, pero la huella está tan marcada que el ascenso no ofrece ninguna complicación. Llego pues, en poco rato, a la famosa y fotogénica brecha de Roldán. Estupendas vistas a todos los lados. Son más de 2 horas de ascensión.

 

 

Ahora, una vez he observado atentamente hacia donde tengo que dirigirme, comienzo a descender por el otro lado, dejando el camino que lleva hacia el Taillón y que casi todo el mundo sigue. Resigo un itinerario que se intuye a penas y que baja faldeando las estribaciones de la Punta Bazillac. Es cascajo puro y tengo que ir con cuidado pues es bastante resbaladizo. Bajo unos 50 ó 60 metros hacia una base llana cercana a un caos de enormes rocas. Algunos tímidos hitos me dirigen hacia una especie de faja de color más oscuro, que lentamente comienzo a subir en dirección al collado Blanco. Ni que decir tiene que los hitos son escasos de ver y, a veces, camino un poco siguiendo mi intuición. Imagino que no es una ruta demasiado frecuentada. El camino, muy pedregoso, me va dirigiendo hacia el claro collado que tengo frente a mí y que separa la estribación sur del Taillón del pico Blanco, de 2.920 metros de altura. Llego, tras un buen rato de progresión, al collado Blanco, a 2.830 metros.

 

El Taillón desde el Gabieto Oriental

 

Ahora sí tengo frente a mí el murallón que forman los dos Gabietos y, más hacia la derecha, el Cuello de los Gabietos, perfectamente recortado en la lejanía. Hasta el mismo tengo que recorrer un ingente roquedo de piedras pequeñas y sueltas. Primero desciendo un poco intentando encontrar hitos. En algunos tramos el camino está algo hollado, pero en la mayoría de los casos tengo que avanzar un poco a ojo, siempre con la vista puesta en el cercano collado. Poco a poco, elevándome lentamente, me voy acercando al mismo. Un visible hito en su base, me señala el sitio correcto de ascensión.

Aquí aumenta la inclinación y después de un rato de fácil subida alcanzo la parte superior del collado, que se halla a unos 2.935 metros de altura. Observo la mole de la cara oeste del Taillón, alta, recortada y vertical. Yo sigo hacia la izquierda en dirección a la cresta de los Gabietos cuya primera cima ya tengo bastante cercana. Subo, sin ninguna complicación, el apenas centenar de metros que me separan de la misma y llego por fin a la cumbre del Gabieto Oriental (3.031 mts.). Casi 1,30 horas más.

Hermosas vistas a todos los lados. Frente a mí, perfectamente visible, el macizo del Vignemale con todo su esplendor. Abandono la cima oriental y me dirijo hacia el cresterío por el que he de acceder a su hermana occidental. El recorrido no es en absoluto difícil. En algunos tramos abandono la cresta, siempre por la vertiente sureste, para hacer más sencilla la progresión. En poco más de 15 minutos llego tranquilamente a la cima del Gabieto Occidental (3.035 mts.).

 

Refugio de Sarradets

 

Ahora llega el momento de regresar. Si no se quiere no es preciso volver al Gabieto Oriental e incluso no es necesario ni regresar al Cuello de los Gabietos. Después de asegurarme de que es factible, desciendo directamente por la ladera sureste hasta enlazar con el camino de vuelta hacia el collado Blanco, ya en la base del Cuello de los Gabietos. Después, voy regresando por el desdibujado camino que me devuelve hacia el collado Blanco, y una vez en el mismo inicio el recorrido de vuelta hacia la brecha de Roldán, intentando no perder los hitos en ningún momento. Ya bajo la Punta Bazillac, después de atravesar el pequeño rellano anterior, inicio la subida de nuevo por la pedregosa ladera hasta situarme en la magnífica y espectacular brecha de Roldán.

Redesciendo después, encontrándome con una muchedumbre de gente, hasta el glaciar situado bajo la brecha, para recorrer más tarde la morrena de grava que conforma el itinerario de descenso hacia el refugio de Sarradets. Desde el mismo, subo un poco hacia el collado de Sarradets, para descender de nuevo hacia la caudalosa torrentera del glaciar del Taillón, encontrando cada vez más montañeros que regresan hacia el Coll de Tentes. Prosigo por el transitado camino hacia el Puerto de Bujaruelo. Al llegar al mismo giro hacia la derecha para entrar de nuevo en la parte asfaltada que me ha de llevar hasta el Coll de Tentes, donde antes he dejado el coche, tras unas 2,30 horas de vuelta. Con el mismo voy hasta Gavarnie. Después, reemprendo el camino de vuelta a casa, parándome en Vielha a pasar la noche. Al día siguiente, vuelvo a casa.

 

Los dos Gabietos, oriental y occidental

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