2.-

Punta Ledormeur (3.120 metros)

Punta del Ibón (3.100 metros)

Pequeño Bachimala (3.061 metros)

Pico Marcos Feliu (3.057 metros)

Abeillé (3.029 metros)

 

Paso la noche en el refugio libre de Tabernés, a 1.740 metros de altura. A la mañana siguiente me levanto temprano, atravieso el barranco por un puente que tiene una puerta para el ganado y voy subiendo dicho barranco por su margen izquierda, comenzando a remontar la Bal de la Pez. Paso junto a la cabaña de Culrueba, sobre los 1.790 metros, y, por camino bastante llano, llego en poco rato al Vado de Bachimala, a unos 1.800 metros de altura. A partir de este cruce de aguas, giro a la derecha, paso otro puente sobre el torrente que atraviesa la Bal de la Pez y, dejando a la izquierda el camino que seguiría el valle hasta el collado de la Pez, remonto, pasando al lado de un pluviómetro, el barranco de Bachimala.

 

 

Al principio el camino serpentea entre el arbolado. Después, los árboles desaparecen para dejar paso a la hierba. Remontando la ladera por un herboso valle, a partir de un cierto punto en el camino abandono la ruta que me llevaría hasta el collado de la Señal de Viadós. En este punto, un poco impreciso y algo perdedor, giro hacia la izquierda en dirección al contrafuerte que desde el Gran Bachimala baja hacia el oeste. Un pequeño hito en la lejanía marca la ruta de ascenso.

 

La recortada cresta desde la Punta Ledormeur hasta el Abeillé

 

Después, los hitos se van sucediendo más o menos alejados. Atravieso el contrafuerte y, llaneando a bastante altura por encima de la Bal de la Pez, me dirijo hacia los ibones de Bachimala. Alcanzo el primero de los ibones, el Ibón Inferior de Bachimala, situado a unos 2.560 metros, y lo rodeo por su izquierda. Después, subiendo cerca del torrente que une el Ibón Superior de Bachimala con el ibón Inferior, rodeo también el Ibón Superior de Bachimala por su izquierda, y me dirijo completamente al este en busca de las amplias y verticales pedreras que bajan del cresterío de Bachimala. La subida es imponente. El camino desaparece. Remonto, no sin ciertas dificultades, el solitario pedregal, buscando lo que se intuye como un paso entre la Punta del Ibón y la Punta Ledormeur. Antes de llegar me tropiezo con algún trozo de ladera nevado que, por suerte, no tengo que pisar. Después de un punto en el cual mengua algo la pendiente, voy a buscar una especie de canal hacia la derecha, la cual me conducirá hasta el lomo del cresterío. Voy a salir al mismo entre las dos puntas, la del Ibón y la Ledormeur. Yendo de nuevo, ya por la cresta, hacia la derecha, alcanzo en unos 5 minutos la cumbre de la Punta Ledormeur (3.120 mts.). Tiempo hasta ahora, 2,45 horas.

 

Subiendo hacia el cresterío, en dirección a la Punta Ledormeur

 

Después, emprendo la travesía por toda la cresta hasta el Abeillé. Una vez llego de nuevo a la brecha por la que he subido, atravieso dos cotas secundarias para llegar en unos 15 minutos a la Punta de Ibón (3.100 mts.). La cresta se vuelve ahora más agradable y menos complicada. Tras salvar otra pequeña depresión, sobre los 3.035 metros, llego fácilmente a la cumbre del Pequeño Bachimala (3.061 mts.). Ya en dirección al Marcos Feliu, la cresta se vuelve de nuevo más recortada, aunque prácticamente sin dificultad. Llego al pico Marcos Feliu (3.057 mts.) tras unos 50 minutos de paseo por la cresta. Continuando por grandes bloques y atravesando la depresión que tiene menos altura de todo el cresterío, 2.998 metros, también sin grandes dificultades, llego, en unos 15 minutos más, hasta el Abeillé (3.029 mts.). El Abeillé conforma un nudo de aristas desde el cual la vista es espléndida por todos los lados. Girando hacia la izquierda podría dirigirme hasta el pico del Puerto de la Pez. Pero, como que ya había leído que en la cresta hasta éste hay algunos pasos muy delicados, opto por descender en dirección sudoeste hacia la cuenca de los ibones de Bachimala, que veo a mis pies. Ya al costado de los ibones, paso cerca de la canal de ascenso al pico De la Pez. Pero es tarde y lo dejo para otro día. Bordeando uno tras otro los ibones de Bachimala me dirijo hacia el más bajo de los mismos e inicio el regreso por el mismo camino de subida. Atravieso el contrafuerte oeste del Gran Bachimala, reencuentro el camino de bajada del collado de la Señal de Viadós, llego al Vado de Bachimala, a la cabaña de Culrueba y, en unos minutos, alcanzo de nuevo el refugio de Tabernés. Casi 3 horas de descenso. Descanso un poco, cojo el coche y vuelvo para casa.

Crea tu propia página web con Webador