34.-

Canigó (2.784 metros)

Pic de Barbet (2.733 metros)

Puig Sec (2.665 metros)

 

Voy hacia Perpinyà y Villefranche de Conflent y subo por la pista que llega hasta el aparcamiento del refugio de Marialles. Mi sorpresa ha sido encontrar una barrera cerrada en el parking anterior al de Marialles, cosa con la que no contaba. Es por eso que he invertido en mi excursión cuarenta y cinco minutos más entre subida y bajada y he subido casi doscientos metros más de desnivel. Supongo que es porque comenzamos a ser demasiados excursionistas los que vamos por estos lares y la capacidad del parking superior es escasa. También pienso que pueda influir que ya estemos en el mes de julio o, quizás, porque sea fin de semana. Pero bueno, es lo que hay. Una vez aparcado el coche, sobre los 1.560 metros de altura, comienzo mi andadura. Empleo unos veinticinco minutos en llegar al inicio habitual del recorrido hacia el Canigó desde Marialles. En este punto comienzo a reseguir el GR10 que se encamina hacia los Plans de Cadí. Desciendo un poco hasta atravesar el torrente de la Llipodera por un puente de madera. Después vuelvo a subir, por marcado camino, bajo la sombra de los árboles y en moderada pendiente. El camino va ascendiendo en busca del Coll Verd, situado a unos 1.850 metros de altura. Durante el trayecto voy cruzando las consabidas puertas de hierro para el ganado. 
Voy subiendo por las laderas norte del valle que forma el Riu del Cadí, que desciende bastantes metros más abajo. Después de una hora y cuarto aproximadamente de caminata desciendo unos pocos metros para cruzarlo, a una altura de unos 1.970 metros. Ahora giro otra vez hacia la izquierda y comienzo a remontar por el otro costado en busca de los prados cercanos a la Jaça del Cadí. Mas arriba, cerca de una zona rocosa, giro hacia la derecha, ahora en dirección al refugio Aragó. Llego al mismo después de una hora y cuarenta y cinco minutos desde el inicio del recorrido. Prosigo después mi andadura y comienzo a subir por los prados que conforman los Plans de Cadí. Paso bajo las estribaciones meridionales de los picos de Gasamir, que en otra ocasión me gustaría conocer, y voy subiendo en busca de las verdes laderas suroeste del Puig Sec, que tengo frente a mí. El sendero, señalizado ahora con marcas de pintura amarilla y algunas estacas de madera, además de los consabidos hitos de piedras, comienza a subir serpenteando en varias amplias lazadas hacia la Portella de Valmanya. Durante todo el camino he ido encontrando montañeros que se dirigen al mismo sitio que yo y, ahora, en esta larga subida voy viendo otros que, por encima de mí, ya se van acercando al collado superior. Me lo tomo con calma ya que el desnivel es bastante fuerte, y voy acercándome poco a poco a la Portella de Valmanya.

El sendero no llega hasta dicho collado. Un poco antes, en un punto donde hay colocado un alto poste de madera, existe un desvío que, hacia la derecha, indica la dirección de subida al Pic de Barbet, alcanzando el collado, y de frente, hacia la izquierda, lleva directamente hacia el Canigó. En el suelo, perfectamente rotulado, está escrito en sendas piedras hacia un lado “Barbet” y hacia el otro solamente la indicación “Pic”. Evidentemente, yo sigo de frente, acompañando a todos los montañeros que se dirigen hacia el Canigó, que observo ya frente a mí, vertical, y desafiante. También durante todo el rato de subida he podido ir observando la recortada cresta que va desde el Pic de Gasamir de Dalt hasta el Canigó, con sus múltiples y elevadas puntas. Después de un buen rato de haber sobrepasado la zona de la Portella de Valmanya, alcanzo el punto en donde el sendero comienza a subir ya con mucha pendiente y por permanentes pedregales y, en seguida, llego a la Brecha Durier, a 2.695 metros de altura. Un poco más adelante entro en la conocida y famosa “chimenea” del Canigó, por la que varios montañeros ya van elevándose. Son unos ochenta y pico de metros encajonados y verticales. La verdad es que la recordaba algo complicada, pero no tan pendiente. Comienzo a subir por la misma, usando evidentemente las manos bastante, y sudando de lo lindo. A pesar de su verticalidad los agarres de todo tipo para pies y manos son sólidos y abundantes.

Hacia su mitad, observo el espléndido monolito pétreo que controla el ascenso de los montañeros que vamos en busca de nuestra parcela de gloria, y que todo el mundo fotografía. Observo también la vertical cara noroeste del Pic de Barbet que aparece oscura, recortada y no muy lejana. Después prosigo y, ya casi arriba, la verticalidad aumenta todavía más, y el último tramo, el que precede a la cumbre, es casi una vertical y corta escalera de piedra, en la que me cruzo con algunos montañeros que ya comienzan a descender. Después de unas 3 horas de ascensión llego a la cima del Canigó (2.784 mts.). Evidentemente, no estoy solo. Observo la gran cruz de hierro, casi totalmente oculta por varias banderas catalanas, y en el otro costado, algo más alto, una redonda mesa de piedra con indicaciones varias de los montes que desde esta atalaya se pueden observar. También veo el sendero que remonta la zona de acceso al Canigó por su parte norte desde el refugio de Cortalets, por el que también sube gente. En medio de la zona cimera intuyo los restos de algún tipo de fogata, que supongo que no hace mucho se habrá hecho, quizás en relación con la denominada Flama del Canigó, fiesta celebrada en los Paisos Catalans.

 

 

Comienzo, después, el descenso. Empiezo a bajar por la chimenea, sin prisas, asiéndome bien a todas las presas que tengo a mano, cruzándome de nuevo con otra gente que están justo subiendo, hasta alcanzar la parte en donde el desnivel comienza a menguar. Observo la cresta Gasamir-Canigó y el rosario de cimas que tengo hacia el sur, Puig Sec, Roc Negre, Pic de Rojà, Bassibès y Sethomes, justo por encima de los Gorgs del Cadí. Después prosigo hacia la Portella de Valmanya. Un poco antes de alcanzar la misma, en un punto donde intuyo que no me ofrecerá dificultad alguna, comienzo a faldear el Pic de Barbet. Voy subiendo, con poco desnivel, cruzando varios tramos verdes y algunos pequeños y fáciles espolones pétreos, hasta alcanzar el cordal que sube desde la Portella de Valmanya. En este punto, las pocas complicaciones encontradas disminuyen por completo y ahora se trata solo de remontar una pendiente de rocas y hierba que sube hacia la cumbre. Después de un buen rato de ascensión, alcanzo la cima del Pic de Barbet (2.733 mts.). Desde la cumbre del Canigó he empleado más de media hora hasta la misma. A pesar del abismo existente en la parte norte del pico, con altas y verticales paredes sobre el Circ de Balaig, por el que se puede subir al Canigó utilizando la Brecha Durier, las laderas surorientales del pico son muy sencillas y carentes de dificultades. La zona cimera está conformada por una pequeña serie de puntas de parecida altura y desciende en forma de cresta hacia el noreste en dirección a una prominencia final, la Señal de Barbet, de una altura cercana a los 2.500 metros.

 

Desde la cima del Pic de Barbet, vistas hacia el Canigó

 

Después de recorrer un tramo de dicha cresta para observar el Canigó en toda su espectacularidad, comienzo el regreso hacia la cima principal, pero antes de alcanzar la misma inicio el fácil descenso hacia la Portella de Valmanya que veo todo el rato debajo de mí. En poco rato llego a este collado. Ahora, comienzo a remontar el cordal que sube en dirección al Puig Sec, que observo no demasiado lejano. Trazas de sendero me llevan a faldear una pequeña prominencia por su izquierda. Más adelante, el desnivel aumenta y comienzo a remontar una nueva elevación, al principio por zona de pastos, pero al final ya por zona rocosa, la cual paso completamente por encima. Después, desciendo unos metros hasta un pequeño collado, tras el cual la inclinación aumenta de nuevo y, ahora, ya voy subiendo todo el rato por zona de cresta y sobre grandes bloques de piedra. Sin llegar a tener excesiva complicación, la parte final es muy pedregosa, y en algún punto tengo que usar las manos. Ya casi en la cima, después de cruzar otro discreto collado, vuelvo a subir de nuevo alcanzando finalmente el enorme hito pétreo de la cumbre del Puig Sec (2.665 mts.). Casi otra media hora desde el Pic de Barbet. Después de observar la cresta que se dirige hacia el Puig del Roc Negre, comienzo el regreso hacia la Portella de Valmanya.

 

Cima del Puig Sec

 

Después, comienzo el descenso hacia los Plans de Cadí. Voy resiguiendo todas las lazadas del sendero hasta alcanzar, después de un buen rato de andadura, la parte más alta del valle. Posteriormente, voy descendiendo por el mismo en dirección al refugio Aragó que observo todo el rato en la lejanía. Llego al punto en donde cruzo el Riu del Cadí y prosigo por el camino que desciende hacia el refugio de Marialles. Afortunadamente, en algunos tramos de esta última parte del recorrido los árboles me proporcionan algo de sombra, lo cual es de agradecer.
Después de un buen rato más de andadura, llego al puente de madera que me permite cruzar el torrente de la Llipodera, giro hacia la derecha y efectúo la pequeña subida hacia el parking superior de Marialles. Desde este aparcamiento comienzo el descenso, bajo un sol abrasador, por la ancha pista que me lleva hasta la zona de parking inferior en la que tengo el coche. Casi 3 horas de descenso. Después comienzo el largo regreso a casa.