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Bony Negre (2.729 metros)

Bony Blanc (2.753 metros)

 

Voy  a pernoctar a Boí. Al dia siguiente tomo uno de los taxis que suben hasta la zona intermedia del valle de Sant Nicolau, a unos 1.825 metros de altura, con la idea de subir a los picos denominados Bony Negre y Bony Blanc. Ya había efectuado un recorrido por la parte alta de este valle, recorriendo todo el cresterío superior, comenzando por el Pic Roi hasta llegar al Cap de les Cometes. Superado el Cap de les Cometes subí a una prominencia posterior después de la cual bajé hasta un collado, precedente a la cima del Bony Negre, y en éste decidí, por tema de tiempo, dejar el resto de la cresta para otra ocasión. En el recorrido de hoy intento terminar mi ruta del otro día. Comienzo a caminar unos metros más allá de la terminal de los taxis. Atravieso un pequeño y verde prado y me acerco al lecho del río. Enseguida, encuentro uno de los puentes de madera que sirven para efectuar rutas sencillas por los alrededores del aparcamiento, el cual atravieso. Justo al lado contrario, y después de girar hacia la izquierda por una de las pasarelas de madera, abandono el recorrido turístico y voy hacia mi derecha dando la vuelta alrededor de una enorme roca y adentrándome en el bosque. Ahora, voy siguiendo el camino, que en general está bastante claro, siempre bajo la sombra de los pinos del bosque. Paso por encima de dos o tres compuertas metálicas y circulo durante un rato justo al lado de una de las instalaciones que regulan el caudal de agua que baja del valle.

Más adelante encuentro un letrero de madera con la indicación “Mussoles”. Incluso estando bastante hollado y tener algunos hitos, el camino a pesar de todo tiene algún punto un poco perdedor, por lo que tengo que estar bastante atento todo el rato. Más adelante llego cerca del lecho del barranco de Llacs que se precipita vertiente abajo hasta confluir con el río de Sant Nicolau, lo resigo durante un trecho y salgo, finalmente, a la zona de pastos justo cerca de la confluencia del Barranc del Muntanyó con el de les Mussoles, que forman el mencionado barranco de Llacs, en el inicio del valle denominado Muntanyó de Llacs. Ya en la zona de pastos, justo en el lugar donde tendría que haber una pasarela de madera para atravesar el torrente que baja con mucho caudal, y que no veo por parte alguna, lo paso directamente por su lecho, mojándome bastante los pies al igual que el otro día. Al volver con el taxi pregunté al conductor por dicha pasarela y me dijo que creía que se la habían llevado unas fuertes lluvias producidas en el año 2.013 y que no había sido repuesta por ser una zona por la que va muy poca gente. Al otro costado del torrente, comienzo a subir valle arriba, siempre por zona verde de pastos, encontrando constantemente multitud de surgencias de agua que dan a la zona un aspecto espléndido, y varios rebaños de reses vacunas que pacen tranquilamente. Voy subiendo, sin itinerario ni marca alguna, intentando seguir la misma dirección que seguí la otra vez que estuve por aquí ya que quiero subir al Bony Negre desde su parte izquierda y subiendo lo más alto posible en el valle, tal como estudié la anterior vez cuando bajaba del cresterío.

En un determinado momento, cerca de un gran rebaño de reses vacunas, observo algo que no había visto nunca. De las zonas altas del valle aparecen dos grandes rebecos, que no se inmutan por mi presencia ni por la del ganado, y que, al contrario, comienzan a perseguir y arremeter contra las reses, haciéndolas correr de lo lindo, cosa no muy habitual en cuando se trata de vacas. Y la cosa dura bastante tiempo. Movilizan durante bastantes minutos a todo el rebaño. No sé qué fin podrían perseguir. Si no lo tengo mal entendido, los rebecos se alimentan de hierba. En fin, fue muy curioso. Al final, pasado este trance, voy resiguiendo la parte alta del torrente del Muntanyó hasta un determinado punto en donde ya no tengo más remedio que girar totalmente hacia la derecha si no quiero alejarme demasiado de mis objetivos. Después, me encamino hacia una corta ladera por la que creo ver trazas de camino.

 

 

Subo por este corto tramo de camino que asciende hasta un espolón rocoso y que atraviesa el mismo a través de una pequeña endidura. Ya en la parte superior encuentro una zona más llana y muy herbada por la que avanzo creyendo que voy a llegar al collado que separa el Bony Negre del Bony Blanc. Pero no es así. Esta zona herbada es la parte inferior de la redondeada pirámide somital del Bony Negre, y el collado lo tengo bastante más adelante y a una altura inferior. A la vista del asunto, y como que el ascenso directo al Bony Negre al parecer no presenta complicación alguna, procedo a subir hacia el mismo por su ladera oriental, por fuerte pendiente. Después de una fuerte subida, con un par de descansos intermedios, alcanzo la cima del Bony Negre (2.729 mts.). He tardado unas dos horas y media desde la salida. Las vistas son estupendas. Puedo observar más abajo, hacia el sur, el collado en el que decidí abandonar la cresta la vez anterior. Hacia el norte, cercano, el Bony Blanc, más pedregoso y blanquecino que el verde y oscuro Bony Negre, de lo que intuyo deben venir sus nombres. A lo lejos y al sur, cerrando el valle, el Pic Roi, el Tuc dels Carants, el Tuc des Costes y el Cap de les Cometes. Al este, el Tossal del Graller y los Crestells del Muntanyó. Y hacia el sureste, más lejanos, los dos picos del Pessó y el Pic de les Mussoles.

 

En dirección al Bony Negre

 

Al cabo de un rato inicio el descenso hacia el collado que separa la cima en la que me encuentro del Bony Blanc, que en algún sitio he leído que lo denominan collado del Bony Blanc. En poco tiempo alcanzo el mismo, situado sobre los 2.625 metros de altura. Ahora se trata solamente de ascender los casi ciento cuarenta metros que me separan de la próxima cima, lo cual realizo con mucha tranquilidad ya que voy muy bien de tiempo. Además, no hay marcas ni hitos de ninguna clase. La ascensión final al Bony Blanc es algo menos complicada que la ascensión al Bony Negre. Subo por una pedregosa y algo inestable ladera hasta una zona intermedia algo más verde. Después, alcanzo una zona de pedreras por las que es un poco complicado subir. Más adelante entro en una zona de roquedo en la que para avanzar tengo que usar un poco las manos, para finalmente, ya casi en la parte final de la subida, volver a entrar en una prácticamente llana zona verde que precede a la cima. Ya en esta zona, diviso unos metros más allá el hito cimero del pico, llegando al mismo en poco rato. Estoy, pues, en la cima del Bony Blanc (2.753 mts.). Desde el Bony Negre he empleado algo más de media hora para llegar a la misma. Las vistas son parecidas a las de la cima anterior. Lo único que cabría añadir son las inmejorables panorámicas sobre el valle y ribera de Sant Nicolau, que aparece muy pero que muy por debajo, bajo mis piés, además de cantidad de montañas conocidas de la zona cuya relación sería interminable.

 

Cima del Bony Blanc

 

Después comienzo el descenso. Primero bajo por la inestable ladera hasta el collado del Bony Blanc. Lógicamente ya no voy a ir por donde he subido por la mañana, sino que bajo directamente por la ancha canal que se desprende del collado, desde el que se ve perfectamente el final de la misma, ya en las cercanías de la parte inicial del valle del Muntanyó de Llacs. Comienzo el descenso por la amplísima y verde canal, cruzando en algún punto alguna zona de canchales. La bajada, directa, es bastante vertical, pero fácil. Lentamente, pero sin pausa, voy descendiendo, viendo en todo momento el punto a donde tengo que llegar. Después de una media hora de descenso llego a la zona de confluencia de los torrentes de les Mussoles y el de Llacs por la que había cruzado cuando subía. Ahora, con más calma, intento mirar con más detenimiento procurando ver si existe algún punto en donde el proceso de cruzar el torrente no implique tener que remojarme forzosamente los piés. Y al fin lo consigo. Encuentro un punto en donde las piedras están lo suficientemente juntas como para cruzar el torrente sin problemas, a pesar del gran caudal de agua que desciende todavía por el mismo. Ya en el otro costado accedo al tramo final de la zona de pastos, llegando en poco rato al punto donde comienza el bosque. Procurando ir lo más cercano al lecho del torrente, y durante un buen trecho, al final avisto bastante fácilmente entre los árboles la entrada correcta al bosque. En poco más de quince minutos llego a la zona de aparcamiento de los taxis del parque, tras unas 2,30 horas de descenso. Cojo uno de ellos, bajo hasta Boí, y, enseguida, comienzo la vuelta a casa.