7.- Posets

 

El macizo de Posets, aunque cercano a la frontera francesa, está situado totalmente en la vertiente española y posee altitudes tales que sus formas características se aprecian perfectamente desde casi todos los ámbitos de la cordillera. Su máxima elevación, el Posets, alcanza los 3.375 metros, siendo la segunda en altura de todas las cimas pirenaicas. Este macizo queda aislado de la línea divisoria geográfica y política entre Francia y España por el profundo y bello valle del río Estós, torrentoso río que desagua al Ésera, al noroeste de la pintoresca población de Benasque, y lo separa del también majestuoso macizo de Perdiguero. Por el lado oeste, el Puerto de Gistaín, situado un par de quilómetros al sur del pico de la Madera, en la cuerda fronteriza, y que separa las cabeceras del Alto Ésera y el valle de Añes Cruces, permite el enlace con el contiguo macizo de Bachimala. Extiende sus enhiestas formas hacia el este y el suroeste, arañadas por el valle de Eriste que parte el macizo en dos zonas, una septentrional o de Batisielles y otra meridional suroeste o de Bagüeñola. Sobre este ingente macizo se desarrolla, como no, el paisaje propio de la alta montaña pirenaica con sus escalonados valles donde alternan llanos y gargantas y en cuyas cabeceras se abren amplios circos con sus cuencas lacustres rodeadas de cimas escarpadas.

Evidentemente, existen numerosos lagos e ibones, situados la mayoría entre los 2.400 y los 2.500 metros de altura. Entre los más notables encontramos los de Millars y de Leners, al noroeste de los picos de Eriste, y el Ibón de Barbarisa y los de Bagüeña, al sur y sureste, respectivamente, de los mencionados picos. Al sur del Posets, y dominando el valle de Llardaneta, el Ibón de Llardaneta. En la parte este del macizo, al pié del Posets, el lago de las Alforjas, rodeado de los ibones Alto, d’Abaixo, de la Herradura y el de Posets, conforman el valle de los Ibons, y, más hacia el este, formando el valle de Batisielles, está otro pequeño conjunto de lagos, como el de Perramó, de la Escarpinosa y el mismo de Batisielles. Todas estas cuencas lacustres junto a la envergadura de los altos y desnudos picos del macizo contrastan, en zonas ya más bajas, con tupidas masas forestales que forman la mayoría de las veces rincones de gran belleza. Además de los dos más importantes ríos de la zona, Cinqueta y Ésera, cabe destacar por su importancia hidrológica y geomorfológica varios barrancos transversales como los de Salenques y Llauset, en el Noguera Ribagorzana, Ballibierna, Estós y Eriste, que afluyen al Ésera, y los Cinqueta de la Pez y Cinqueta de Añes Cruces, que uniéndose originan el río Cinqueta.

Tanto por su espléndido paisaje como por la gran variedad de ascensiones y escaladas que en él pueden llevarse a cabo, el macizo de Posets es un hito montañoso de gran categoría de los Pirineos. Los materiales que constituyen el roquedo pertenecen a la Era Paleozoica. Sus cumbres mas elevadas presentan afloramientos graníticos, anfibólicos en los bordes y granitos con biotita y porfiroides en su interior, separados por estrechas bandas de materiales devónicos y silúricos. En contacto con los granitos podemos encontrar minerales tales como grafito, turmalina, dipiro y andalucita. Del período Silúrico encontramos ampelitas y calizas negras que se distinguen por sus colores oscuros que tiñen de negro el paisaje y son a menudo ricas en piritas. Del Devónico podemos observar pizarras satinadas y verdosas y, de nuevo, calizas, sobretodo en las vertientes orientales del macizo, y que se apoyan normalmente en los sedimentos silúricos. De los fuertes pliegues orogénicos, debidos a los movimientos hercinianos ocurridos durante el Carbonífero medio y superior, tenemos un importante ejemplo en los tres picos de Eriste, en el interior de los cuales tenemos el núcleo granítico de Bagüeñola.

La topografía del macizo se debe esencialmente a dos causas. La primera, la distinta resistencia a la erosión de sus materiales, pizarras, calizas y granitos. Y la segunda, la existencia de un importante núcleo glaciar durante el período Cuaternario. Las formas glaciares de los circos de Batisielles y Posets atestiguan la importancia que el glaciarismo tuvo en el macizo. El circo de Batisielles, orientado al noroeste, que con casi 3 quilómetros de diámetro se encuentra suspendido sobre el valle de Estós, al que llegaría mediante una serie de cascadas de séracs, y estaría formado por cinco pequeños circos menores, descendiendo por una serie de varios escalones, cada uno de los cuales formarían las soberbias zonas lacustres de la actualidad. El circo de Posets, orientado al sur, es aún más complejo. Durante el Cuaternario los hielos debieron circular hacia el norte, dirigiéndose hacia la cabecera del valle de Estós, del cual es origen sin ninguna duda. En aquellos tiempos la cabecera del valle de Eriste debía pertenecer también al circo de Posets, pero la erosión ascendente del barranco capturaría dicha cabecera, aislando el enorme circo. A todas estas complejidades han contribuído, como no, los fenómenos cársticos. Las vertientes orientales del circo de Posets están situadas en el contacto del núcleo granítico con las calizas devónicas provenientes del oeste, con lo que la mayoría de aguas procedentes de estas vertientes son absorbidas para aparecer casi un quilómetro más abajo, al inicio del valle de Estós.

En cuanto a la espeleología de la zona podemos mencionar sobretodo el Avenç Raymond d’Espouy, situado en el mismo collado de Gistaín, formado por un conjunto de cavidades de un centenar de metros de profundidad. También hay otros numerosos “foraus” (agujeros), como el forau del Avión, el forau de Gistaín, o el forau de la Paul, ejemplos de simas destacadas del macizo.

Los bosques desaparecen a partir de los 2.000 ó 2.100 metros, quedando sólo prados o pequeñas hierbas entre el roquedo y en las paredes más soleadas. Abundan los prados de festucas y plantas bulbosas en los suelos húmedos. Entre las rocas encontramos saxífragas y algunos tipos de adormideras. El pino negro y el abeto forman los bosques más altos. En junio comienzan a aparecer variadas flores, como el jazmín y las gencianas azules. En julio y agosto florece el acónito, la adormidera, el edelweis, los lirios, la manzanilla, la miosotis, el ranúnculo, la digital, la violeta y la regaliz, así como diferentes tipos de rododendros. En las turberas encontramos la hierba algodonera y plantas carnívoras como la atrapamoscas y la drosera, que se alimentan de pequeños insectos, para suplir la falta de nitrógenos y fosfatos.

En el piso nival se encuentran aves como el gorrión alpino y la chova piquigualda, y sobretodo en verano, como el todo el Pirineo, se pueden encontrar  bastante fácilmente rebaños de sarrios. En la parte inferior de los neveros se encuentra una red trófica que comienza con crioplancton, hongos, algas, musgos y bacterias, continúa con nemátodos, ácaros y tardígrados, terminando con insectos carnívoros y paseriformes que visitan los neveros para alimentarse. En los pastos alpinos y subalpinos se encuentra la perdiz nival, por encima de los 2.000 metros. En esta zona también prolifera la marmota y el armiño. En los roquedos, cantiles y gleras las especies a destacar además de los ágiles sarrios, son el águila real, el quebrantahuesos, el treparriscos y la lagartija pirenaica. La fauna de los humedales de estas montañas tales como ríos, arroyos, ibones, fuentes, manantiales, turberas y otras zonas encharcadas, está formada por especies endémicas como el desmán de los Pirineos y el tritón pirenaico. En las turberas es característica la lagartija de turberas y ligada también a los cauces de agua se encuentra la nutria. También se refugian especies protegidas como el mochuelo boreal y el urogallo, así como el jabalí, la ardilla, el zorro, etc. Hay un gran aprovechamiento de los pastos por parte del ganado.

 

Ibón de Llardaneta

 

En general la época más lluviosa es entre mayo y junio y de septiembre a noviembre. Los espesores de nieve en pleno invierno pueden llegar a sobrepasar los dos metros, sobretodo en los valles altos. En cuanto al relieve de la zona, destacando en altura los tresmiles, partiríamos en dirección suroeste-noreste, de los tres picos de Eriste. Tras sobrepasar la Punta Millares, donde menguaríamos en altura, ahora en dirección este, alcanzaríamos los dos picos de la Forqueta, pequeños tresmiles a partir de los cuales el cresterío inicia su ascensión progresiva hacia la cumbre del Posets, tras pasar el Pavots, Las Espadas, la Tuca de Llardaneta y la Tuqueta Roya. Descendiendo por el costado contrario, y tras sobrepasar la temible brecha Carrivé, llegaríamos al bicéfalo pico de los Gemelos y, finalmente, al pico de los Veteranos. Queda a un lado de la cresta, pero cercano, el pico Forau de la Neu, junto al Tucón Royo y, más alejada, la imponente mole del Diente de Llardana. Partiendo del Posets, y en dirección sureste, tras atravesar el collado de la Paúl, se encuentran el Pico Inferior de la Paúl, el Pico de la Paúl y, finalmente, el Bardamina, conformando los tres la cresta de Bardamina.

En la zona se encuentran algunos conocidos y buenos refugios como, por ejemplo, el refugio de Estós, el del Forcau o Ángel Orús, el de Viadós, el Cerro Marradetas, y algunos otros menores, como la cabaña del Clot o la de la Val.

 

Aguja del Forcau, sobre el refugio Ángel Orús