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Pic del Coll de la Barra (2.631 metros)

Pedres Blanques de Bescaran (2.640 metros)

Monturull (2.761 metros)

Pic de Perafita (2.752 metros)

Pic del Sirvent (2.749 metros)

Pic dels Estanyons (2.834 metros)

De nuevo he vuelto a ir hacia la Cerdanya. Esta vez me he dirigido hacia la zona de picos que cierran por el norte el valle donde se asientan los Estanys de la Pera. Voy en dirección a Berga, paso por el túnel del Cadí y entro en la Cerdanya, dirigiéndome hasta el pueblo de Martinet. Desde aquí tomo la carretera que sube hasta Aránser y, desde este pueblo, sigo hasta el complejo de El Fornell, donde termina la carretera asfaltada, y después prosigo hasta el cercano refugio de Prat-Miró donde estaciono el coche. Parece ser que para utilizar dicho refugio, situado a unos 1.960 metros de altura, es necesario pedir las llaves a un establecimiento hotelero de Aránser. Aquí me preparo para la excursión y, seguidamente, comienzo mi andadura resiguiendo la pista que sube hasta la zona de picnic de Les Pollineres. Sin llegar a Les Pollineres, y después de caminar durante unos tres quilómetros, encuentro el sitio, al final de una cerrada curva, en donde he de comenzar a subir. Reconozco el punto gracias a que sabía, por internet, que encontraría un espolón boscoso elevado a mi izquierda y unas surgencias de agua procedentes de un arroyo que baja por la parte inferior de dicha elevación. Además, encuentro un pequeño hito colocado cerca del manantial, que me indica que por allí tengo que subir.
Sin pensármelo demasiado me interno en el bosque, intentando reseguir el torrente. La verdad es que no encuentro ni sendero ni marcas de ningún tipo pero el pequeño arroyo no me hace dudar en ningún momento. Un poco más arriba, en una parte más llana, la torrentera desaparece ya que llego a su inicio. Aquí comienzo a tener dudas. Pienso que si voy demasiado hacia la derecha puedo salir algo alejado del pico al que me dirijo. Craso error ya que luego desde arriba comprobaré que se trataba de subir a la proa rocosa que baja desde el mismo pico y llega hasta la pista y que, además, ya tenía anotado en mi plano de alguna manera. Lo cierto es que yo voy hacia la izquierda y, cuando llego a la zona donde el arbolado comienza a desaparecer, me doy cuenta de mi equivocación. Observo, ya algo lejos, la alargada prominencia a la que tenía que haber subido. Pero ahora no tengo más remedio que seguir de frente si no quiero volver a descender y volver sobre mis pasos. Como que veo la alargada Serra d,Airosa delante de mí, pienso que si me encaramo al cordal llegaré enseguida al pico que intento subir, y que además veo perfectamente situado a mi derecha.

Y eso hago. Comienzo a subir hacia la parte alta de la sierra directamente por una pedregosa ladera un poco resbaladiza y bastante inclinada, pero que en no demasiado tiempo me deposita en la parte superior del cordal de la Serra d,Airosa. Enseguida, llego al pequeño collado que precede a la cima y, desde el mismo, en unos diez minutos alcanzo la cima del Pic del Coll de la Barra (2.631 mts.), denominado así por el nombre de un collado situado un poco al sur de dicho pico, el Coll de la Barra. He tardado más o menos 1,30 horas para llegar al mismo. Desde aquí las vistas que se me ofrecen ya son impresionantes, divisándose todo el recorrido que quiero efectuar. Además, bajo mí, ya tengo perfectamente visibles los Estanys de la Pera y el refugio del mismo nombre.

Después, prosigo mi andadura por el ancho y llano cordal, en dirección a mi próximo objetivo. Desciendo unos metros para volver a subir hasta la cercana prominencia de las Pedres Blanques de Bescarán (2.640 mts.), a la que llego en unos diez minutos. Ésta es una pequeña cima, de escasa elevación, y que pienso que debe llevar este nombre por la cantidad de rocas blanquecinas que observo a su alrededor. Bescarán es, además, el nombre de la población que se encuentra valle abajo hacia el suroeste.

Ahora sigo de nuevo hacia el noroeste, en busca del visible Monturull que veo no demasiado lejano. Desciendo hasta un nuevo collado, el Coll de Monturull, situado a unos 2.630 metros de altura, y comienzo a subir por el otro costado los escasos ciento treinta metros de desnivel que me separan de la nueva elevación. En aproximadamente quince minutos desde que dejé Pedres Blanques de Bescarán llego a la cima del Monturull (2.761 mts.), llamado también Torre dels Soldats, cima por cierto muy llana y amplia.

A partir de esta cima todo el terreno situado al norte y noroeste ya son tierras andorranas, y yo voy a moverme por la línea fronteriza. Desde el Coll de Monturull ya había observado perfectamente que el Coll de Claror, que separa el Monturull del Pic de Perafita era ostensiblemente más bajo y pronunciado que dicho Coll de Monturull. Es así que al asomarme al Coll de Claror desde lo alto del Monturull ya veo la fuerte inclinación que me espera. Además, el terreno parece bastante descompuesto y rocoso.

Y así es. Comienzo el descenso siguiendo marcas de GR y algunas manchas rojizas de vez en cuando, por un itinerario un poco más complicado que lo realizado hasta ahora, pero siempre por marcado camino. Después de sobrepasar algunas zonas más rocosas, donde a pesar de la poca dificultad tengo que emplear en algún momento las manos, alcanzo el Coll de Claror, situado sobre los 2.555 metros de altura. Desde este collado, al que llega una senda procedente de los Estanys de la Pera, comienzo a subir los casi doscientos metros que me separan de mi próxima cima. El ascenso, como el descenso anterior, es bastante inclinado, pero tiene algo menos de complicación. Después de unos veinte minutos desde el Coll de Claror alcanzo la cima del Pic de Perafita (2.752 mts.), también denominado Tossal de la Truita. La cima, además de tener un piolet metálico con un buzón adosado, está llena de multitud de grandes hitos de piedras. A ojo, yo diría que hay entre quince y veinte, lo cual no deja de ser curioso.