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La Munia (3.133 metros)
Voy a pasar la noche en un camping de montaña y, al día siguiente, de buena mañana, tomo la carretera que va de Parzán a Chisagüés. A partir de Chisagüés, y aún por camino asfaltado, subo por la margen izquierda del río Real, hasta llegar a su principio, a unos 1.870 metros de alto, donde dejo el coche, pues la pista se vuelve intransitable. Me preparo y comienzo la subida siguiendo la pista. Cuando la pista, al cabo de unos minutos, gira hacia la derecha en dirección al refugio de Montarruego, dejo la misma y llego a una confluencia de aguas.
Vadeo el barranco del Clot y, después, asciendo el de Piedramula por su margen izquierda. Hacia los 2.200 metros giro hacia la derecha, ganando altura por una ladera herbosa con bastante pendiente. Hacia los 2.400 metros de altura, cruzo de nuevo, ahora por su parte superior, el barranco del Clot. Después, el camino se dirije directamente hacia el collado de las Puertas, situado a unos 2.535 metros de altura, un poco antes del cual está la desviación para subir al Robiñera. Pierdo, después, algo de altura para descender al llano que contiene los lagos de la Munia, flanqueando los mismos por su margen derecha y pasando bajo la estribación oeste del Robiñera. Una vez sobrepasados estos hermosos lagos, y atravesando canchales y neveros, remonto una pendiente con muchos bloques sueltos.
Lagos de La Munia
A medida que me voy acercando al collado que tengo enfrente, el collado de la Munia, también me voy acercando lateralmente a la arista que une el Robiñera con las primeras estribaciones de La Munia. Cuando estoy bastante cerca de la arista anterior, en la base de su depresión central, que conforma el Cuello Robiñera, me desvío unos noventa grados hacia la izquierda en clara dirección hacia el collado de la Munia. La pendiente se agudiza, el camino se complica y, cruzando anchos pedregales, zigzaguea a uno y otro lado para salvar el desnivel. Algunos neveros me complican la progresión. Al final, consigo sobrepasarlos sin demasiada dificultad. Después de unos cincuenta minutos de lenta y fatigosa ascensión alcanzo el collado de la Munia, a unos 2.850 metros. Tras un breve descanso giro totalmente hacia la derecha, entrando en el cresterío que me ha de llevar hasta la cima. Es esta cresta bastante recortada y aérea. Sigo una señalización de hitos, que me evita a ratos la complicada progresión por el filo de la cresta. A ratos por la cresta y en otros momentos descendiendo un poco por la vertiente de Troumouse, al cabo de un cierto tiempo llego al punto conocido como el Paso del Gato. Es una pared bastante vertical en la que tengo que usar algo las manos. Afortunadamente existen en la misma bastantes fisuras donde agarrarse y, además, no mira al vacío. Poco después encuentro dos cotas secundarias, con sus brechas respectivas, carentes de dificultad. La dificultad mengua todavía más a partir de la segunda cota, sobre los 3.120 metros. La arista se convierte en una suave cresta que acaba en la cumbre de La Munia (3.133 mts.). Casi 3 horas de ascenso.
Llegando a la cima de La Munia
Poco después, inicio el regreso. Comienzo el descenso de la cresta hasta el Paso del Gato. Al poco, veo la posibilidad de bajar directamente hacia los lagos de la Munia sin llegar hasta el collado de la Munia. Después de observar el corredor de descenso llego a la conclusión de que es bastante complicado, pues parece muy descompuesto y pendiente, por lo que emprendo de nuevo la bajada hacia el collado de la Munia, al que llego sin más contratiempos. Desde este collado, otra vez el vertiginoso y rápido descenso hacia la cuenca de los lagos de la Munia. Al rato, me dirijo de nuevo hasta el collado de las Puertas. Desde aquí, bajo hacia la cabecera del barranco del Clot y voy hacia la derecha. Una vez cerca del barranco de Piedramula, giro a la izquierda siguiendo el mismo. Al cabo de unos minutos comienzo ya a ver la pista. En poco rato llego a la misma y ya solo me queda seguirla hasta donde está el coche. El descenso me ha llevado unas 2,30 horas. Después comienzo el regreso a casa.
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