Después, el camino remonta de nuevo, en suave pendiente al principio, una ladera de hierbas, roca y algunos torrentes que van a caer al lago de Aubert. Más tarde llego a una cubeta glaciar desde la cual hay uno de los itinerarios de subida al Néouvielle. Sobrepasando esta cubeta, llena de grandes bloques de piedra, el camino gana rápidamente altura en fuerte desnivel, conduciéndome directamente hasta la horcada que tengo constantemente delante de mí. Se trata de la brecha de Chaussenque, a unos 2.790 metros, que comunica la cuenca del lago de Aubert con la cuenca de los Lacs Verts, cortando el cresterío que baja desde la misma cumbre del Néouvielle. Ya al otro lado del Néouvielle tengo que descender inevitablemente unos 150 metros por un sendero, bastante vertical y con piedras sueltas, que cae sobre la cuenca de los Lacs Verts. Intentando no perder demasiado desnivel, procuro no descender demasiado desviándome hacia la izquierda, remontando penosamente la cuenca lacustre por una pedregosa y extensa ladera prácticamente sin ningún hito.

Desde el Trois Conseillers, vistas hacia el Néouvielle y el Ramoung

Girando constantemente hacia la izquierda, a partir de un determinado momento vislumbro en la lejanía el punto correcto al que debo de dirigirme. Se trata de la brecha de Néouvielle, sitio a partir del cual se puede ascender al Néouvielle por su clásica y espectacular arista de escalada o, en dirección contraria, iniciar el cresteo de los picos a los que me dirijo. Llego a la brecha de Néouvielle, sobre los 2.925 metros, donde multitud de montañeros intentan encordados trepar por la vertical arista que sube hacia el Néouvielle. El espectáculo es fascinante. Como que no es mi guerra, tomo el camino en sentido contrario y subo en poco más de 15 minutos hasta la cima del Trois Conseillers (3.039 mts.). Enseguida, reanudo el camino en dirección a los otros dos picos. La cresta es sencilla y la vista hacia el embalse de Cap de Long impresionante. Salvando una depresión, a unos 2.995 metros, y avanzando siempre por el lomo del cresterío alcanzo, después de una media hora de marcha, la cima del Turón de Néouvielle (3.035 mts.). Para la última cima de la jornada en lugar de subir tengo que bajar. La ruta de descenso pasa por terreno descompuesto, con bastante pendiente. Después de flanquear un pequeño promontorio llego a una brecha. El ascenso al pico por su frente parece muy difícil. Pero ya vengo preparado, pues me he informado bastante. Paso al otro lado de la brecha y, medio colgado sobre una gran losa de piedra, con más temores que dificultades, alcanzo el punto desde el cual la subida a la cumbre es bastante fácil. A partir de aquí, el ascenso al pico es sencillo y rápido. En pocos minutos llego hasta la cima de la Punta Reboul Vidal (3.007 mts.). Tiempo total 3,30 horas.

Después vuelvo a trasponer la brecha en sentido contrario, ahora ya más tranquilo. Emprendo la subida de regreso hacia el Turón de Néouvielle, que se me hace fatigosa. Una vez en el pico, y observando el terreno, pienso que no es necesario recorrer de nuevo la cresta en sentido contrario. Puedo descender, creo, directamente, desde la depresión que separa los picos Turón de Neouvielle y Trois Conseillers, hasta la cuenca de los Lacs Verts. Me decido por esta solución. Comienzo la bajada, casi a tumba abierta, hacia los Lacs Verts. Los veo todo el rato debajo de mí, con bastante poca agua.

Cima del Turón de Néouvielle

No hay camino definido. Tengo que trotar todo el rato sobre las piedras. Después, subo de nuevo la fuerte pendiente que me lleva a la brecha de Chaussenque y, posteriormente, desciendo por el lado contrario en dirección a la brecha de Barris. Después de atravesar la brecha de Barris, bajo decididamente hacia el lago de Aubert. Tras recorrer de nuevo el muro de contención del embalse, ahora en sentido contrario, llego al coche. Tiempo de regreso, sobre las 2,30 horas. Después, vuelvo de regreso a casa.