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Forca Estasen (3.028 metros)


Hoy quiero ir a ver de cerca la cresta de Salenques y, como que yo no soy escalador y viendo que el primer pico del inicio de la cresta es factible sin medios de escalada, me he decidido a ir al mismo, es decir a subir a la Forca Estasen y, de paso, a conocer de cerca toda la cresta y los paredones de Salenques. Voy hasta el aparcamiento de El Vado, en el Llano del Hospital, después de Benasque, donde dejo el coche. Tomo después el autobús que me acerca hasta La Besurta, a unos 1.895 metros de alto. Desde aquí me encamino hacia el inicio del sendero que sube hacia el refugio de La Renclusa. Al cabo de rato, sobre los 2.030 metros de altura, dejo este marcado camino y giro hacia la izquierda, siguiendo la desviación hacia Aigualluts, también muy marcada. En algo más de media hora alcanzo el Forau de Aigualluts, en esta época muy visitado tanto por montañeros como por turistas caminadores. Recorro el camino que da la vuelta al Plan de Aiguallus hacia su otro costado, donde está de nuevo otra desviación. Hacia la izquierda el camino se dirige hacia el Coll de Toro y la Valleta de la Escaleta, para acceder por este valle al Mulleres, y, hacia la derecha, toma la dirección del valle de Barrancs. Yo cojo el camino que va hacia el valle y torrente de Barrancs, adentrándome en él por una verdosa y estrecha canal en el comienzo de la cual encuentro un gran hito de señalización. Después de esta corta canal alcanzo las cercanías del torrente, que baja muy caudaloso. Inicio el ascenso por su izquierda, superando ingentes pedreríos. Al cabo de un cierto tiempo el camino cruza el barranco en dirección derecha para ir a buscar una loma.

 

 

Subo la loma, ahora por camino más fácil, hasta llegar más tarde a una zona algo más llana, donde encuentro un amasijo de rocas y grava que no son más que las morrenas finales del glaciar de Aneto, que ahora tengo con toda su altura y majestuosidad a mi derecha. En este lugar me topo con un rebaño de rebecos que, a pesar de que guardan las distancias conmigo, no se asustan demasiado y van observando mi andadura. Fijándome bien puedo descubrir también a lo lejos algunos montañeros que suben por el glaciar procedentes de la cresta de los Portillones, en dirección al Aneto. Yo prosigo mi camino en dirección al collado de Barrancs. Subo un poco y alcanzo otro rellano, para elevarme más tarde y ya con más inclinación, definitivamente hacia dicho collado. Alcanzo el collado de Barrancs, a unos 2.485 metros, tras unas dos horas de recorrido. A partir de aquí el panorama cambia substancialmente. A un lado las pétreas laderas del glaciar de Tempestades, por las que se escurren numerosos riachuelos, y, más abajo, una ingente masa de rocas de aluvión, desprendidas de las partes altas del glaciar, sobre las que tendré que atravesar. Al frente, los altos murallones de la cresta de Salenques, recortados y altivos. Todo ello da a la zona un aspecto agreste y solitario, con unas estupendas perspectivas de alta montaña. Después del collado tengo que descender una cincuentena de metros, girando un poco hacia la derecha y siempre siguiendo hitos, intentando no bajar más de la cuenta.

 

Canal final de acceso a la Forca Estasen

 

Una vez entrado en la caótica zona de piedras, grava y canchales, la progresión se hace un poco complicada. Hitos aquí y allá marcan distintos itinerarios, que van todos al mismo sitio. Este sitio no es más que un evidente espolón, seguramente de origen morrénico, por el que subo, abandonando el camino que me llevaría al collado de Salenques. Una vez llego a la parte más alta de este espolón, giro hacia la izquierda y, ahora ya con menor inclinación y sobre enormes bloques de piedra y cruzando los restos de un pequeño nevero, me dirijo hacia una pequeña pendiente de tierra y pequeñas rocas, bastante descompuesta, por la que zigzagueando me acerco hacia las cercanías del cresterío. Un poco antes he dejado un vertical canalón que parece subir directamente hasta la base de la muralla. Más tarde descenderé por él. Ahora ya, con vistas a la cumbre, voy trepando por rocas inestables, siguiendo algunos tímidos hitos y pasando cerca de algunos de los famosos vivacs preparados para que algunos de los montañeros que deciden escalar íntegramente la cresta puedan pernoctar aquí. En la vertical de la cumbre subo por una empinada y suelta canal que me lleva hasta el pequeño colladito que separa las dos puntas de la "forca". Subo primero a la punta derecha, que a pesar de no tener ningún hito cimero es la más alta de las dos. Desciendo, después, hasta el pequeño collado para subir, por una corta pero vertical canal, hasta la otra punta del pico. Es esta punta izquierda la que tiene el pequeño promontorio de piedras que marca la cima de la Forca Estasen (3.028 mts.). Unas 3,30 horas hasta la misma.

 

Cima de la Forca Estasen

 

Para el regreso observo que, más a mi izquierda, un pequeño canalón me permite descender hasta otra brecha, justo al lado contrario de la anterior, y casi que con más facilidad. Bajo hasta esta brecha y comienzo a descender hasta la base del cresterío. Voy siguiendo los hitos de bajada y, en lugar de ir hacia la derecha por donde he subido dando un pequeño y fácil rodeo, éstos me llevan directamente al canalón que había visto ya cuando subía. Viendo desde arriba que no parece muy complicado, intento descender por el mismo. No es complicado pero está muy, muy descompuesto. Tengo que bajar con mucho cuidado. Llego por fin a la base y creo que he ganado algo de tiempo. Cruzo de nuevo el pequeño nevero que ya había pisado antes en la subida y retorno al inicio del espolón que me ha de conducir hacia la parte más baja y pedregosa de las laderas del glaciar de Tempestades. En todo momento tengo frente a mí la azulada masa del lago de Barrancs, justo al lado del promontorio que lo separa del collado del mismo nombre. Llego de nuevo bajo el corto y ancho canalón por el que he de subir otra vez al collado de Barrancs. Inicio el pequeño ascenso y, después, prosigo bajo las estribaciones finales del glaciar de Aneto en dirección a la loma por la que he de bajar para retornar al cauce del torrente de Barrancs. Desciendo hasta dicho torrente y deshago el camino a lo largo del mismo para llegar al cabo de un cierto tiempo a las cercanías del Plan de Aigualluts. Reencuentro la pequeña canal de entrada, bajo por la misma y llego en poco rato a los enormes y verdes llanos donde el torrente se remansa para caer de nuevo al otro costado de los mismos por el agujero en el que se sumerge y desaparece momentáneamente, el bonito y casi mágico Forau de Aigualluts, en el que hay mucha gente disfrutando del paraje. Prosigo hacia La Besurta, donde llego tras unas 3 horas de descenso. Al rato, cojo el autobús que me ha de llevar hasta los Llanos del Hospital donde tengo el coche. Comienzo, después, el regreso a casa.