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Pico de Alba (3.118 metros)

Gendarme de Alba (3.058 metros)

 

Voy a pernoctar a los Baños de Benasque con la idea de subir al pico de Alba y al Gendarme de Alba por el valle de Alba. Salgo hacia Benasque y subo por el camino asfaltado que me lleva hasta el balneario de Baños de Benasque, a unos 1.715 metros de altura. En este viejo edificio, hoy reconvertido, ceno y paso la noche. El siguiente día me levanto temprano y me pongo en marcha siguiendo el GR que va en dirección a los Llanos del Hospital. Al cabo de unos doscientos metros encuentro la desviación que, perfectamente marcada con las letras Alba pintadas en una piedra, me lleva en rápida subida hacia la canal del Turonet. Esta canal es muy vertical y algo descompuesta. En algunos tramos incluso he de apoyar las manos, pues la piedra está muy pulida por el paso de la gente. Son unos 250 metros de dura subida. Después de unos 40 minutos alcanzo la parte superior, el collado del Turonet, a 1.975 metros. A partir de aquí el desnivel decrece y entro en una zona de pastos, donde encuentro un numeroso rebaño de corderos apacentando. Atravieso una parte inicial algo llana y, más tarde, el camino inicia de nuevo la subida por una senda que va faldeando un poco en dirección a una zona más boscosa. En todo este tramo inicial el sendero está perfectamente hollado y señalizado con marcas de pintura azul y amarilla, primero y, posteriormente, solo azul, además evidentemente de multitud de hitos. Después de un buen rato de ascensión alcanzo el primero de los ibones de Alba, a 2.260 metros de altura, situado en un emplazamiento magnífico. Lo atravieso por la izquierda, por encima de algunos pedregales, y voy hacia su parte final ascendiendo lentamente.

 

 

Una vez atravesado, justo al lado de unas pequeñas cascadas en las que me proveo de agua, el camino inicia una nueva subida en dirección hacia la derecha, cruzando nuevas zonas de bloques rocosos. Siempre en dirección hacia la derecha el itinerario va elevándose sobre el Ibón inferior de Alba hasta un determinado momento, sobre los 2.500 metros de altura, en el que gira bruscamente casi noventa grados en dirección izquierda. Desde aquí ya tengo perfectamente recortada a mi derecha la famosa cresta de los 15 gendarmes, con la brecha de Alba en su parte inicial. Ahora, de frente, la ruta prosigue entre grandes zonas de canchales y algunos lugares con hierba, y ya tengo frente a mí, aunque aún muy lejana, la cara occidental del pico. Dejo por debajo, algo lejano, el Ibón Superior de Alba, situado a 2.450 metros de altura. Voy subiendo, siguiendo los frecuentes hitos, siempre paralelo a la pequeña cresta que tengo a mi izquierda y que más tarde alcanzaré. Después de un tramo con moderada pendiente la inclinación se acentúa de nuevo bastante hasta alcanzar en un determinado punto la cresta cercana. Ahora, si fuera hacia la izquierda me acercaría a la cresta de Tuca Blanca, por la que podría atravesar hacia la Coma de Alba y, descendiendo por el torrente de Alba, alcanzar el refugio de La Renclusa. Yo voy hacia la derecha, siempre siguiendo hitos, y comienzo a subir la pala final del pico. Poco a poco, los hitos me llevan hasta una visible, sencilla y descompuesta canal, desde la cual salgo ya definitivamente a la cresta norte del pico, ya a mucha altura. En poco rato alcanzo el nudo que forma dicha cresta con la cresta que sube por el oeste, que no es otra que la cresta de los 15 gendarmes. Aquí sólo me queda reseguir una parte casi llana de cresta, sin demasiada complicación, que me conduce hasta la cima del Pico de Alba (3.118 mts.). Tiempo total hasta el mismo, unas 3 horas. Tengo enfrente el Diente de Alba. Algo más lejanos, la Punta Delmás y los picos Mir, Sayó y Le Bondidier. Después, el resto de cresterío hacia La Maladeta y, aún más lejanos, el Gendarme Schmidt-Endell, el pico Maldito y la Punta Astorg. Bajo mis pies el glaciar de La Maladeta y, en el costado opuesto, el Ibón de Cregüeña y el Aragüells. Y hacia el lado contrario, el macizo del Posets, el del Perdiguero, las cimas de la cresta de Literola, el Crabioules, la Tusse de Remuñe, y los picos Rabadá, Navarro, Maupàs y Boum. Un panorama interminable de cimas.

 

Cima del Gendarme de Alba

 

Después, comienzo el descenso por la cresta de los 15 gendarmes, bajando enseguida que puedo hacia el valle de Alba por un descompuesto canalón que me lleva a encontrar enseguida el primer gendarme de Alba, que no es más que una pequeña prominencia de escasa altura en la misma cresta. Sigo descendiendo un rato más hasta encontrar un paso más recortado en el que veo un pequeño hito. Sigo el mismo y voy descendiendo hasta tener ya frente a mí el segundo gendarme, el llamado Gendarme de Alba, bastante cercano. Primero tengo que descender una vertical y delicada canal que me deposita en la base del pico al que me dirijo. Con mucho cuidado bajo esta descompuesta canal y, ya abajo, veo frente a mi un pequeño hito que parece marcarme el itinerario de subida. Pero después de este hito no veo ninguno más por parte alguna. Y delante de mí una vertical pared que sube hacia el pequeño collado donde comienza la arista del Gendarme de Alba, con muy mala pinta. Intento el ascenso por el centro, más tarde por la derecha y, finalmente, por la izquierda. Todos los intentos son vanos. Pocos agarres, piedra muy lisa y algo descompuesta y mucho, mucho desnivel. Por el único sitio que lo veo factible es por el centro pero temo tener problemas en el descenso. Desestimo subir por esta pared y como que recuerdo haber leído en alguna reseña que existe la posibilidad de faldear la cresta desde más arriba, vuelvo a subir como buenamente puedo la descompuesta canal que hace un rato he bajado y, una vez de nuevo arriba, me dirijo hacia la derecha intentando faldear la cresta por una parte que parece algo factible. Al principio el faldeo no es muy complicado, pero enseguida se estrecha, aumenta el patio y los agarres menguan. Vaya panorama. Con mucho cuidado voy prosiguiendo mirando de tener siempre puntos de apoyo seguros y descendiendo poco a poco hacia la brecha. Después de una bastante insegura progresión, de la que no se si me he dado realmente cuenta de su peligro, me encuentro en la brecha. Después, sin pensármelo demasiado, inicio el ascenso de la fina arista, con mucha caída a ambos lados pero menos inclinada de lo que al principio me parecía. Además tiene buenos agarres, lo que me facilita la progresión por la misma. Llego a la cima del Gendarme de Alba (3.058 mts.) después de más de tres cuartos de hora desde que dejara el Pico de Alba.

 

Cima del Pico de Alba

 

Para el regreso, bajo hasta el colladito. Con más cuidado casi que antes reemprendo el faldeo, con mucho tiento, hacia la parte más segura. Una vez en zona más firme me detengo un rato para relajarme. Enseguida, emprendo definitivamente el regreso por el valle de Alba en dirección a los Baños de Benasque. Atravesando, ahora directamente, un enorme caos de grandes rocas en el que incluso encuentro algunos hitos, voy en dirección norte a buscar la pequeña cresta de descenso hacia los ibones de Alba. Aquí reencuentro el itinerario correcto que viene desde el Pico de Alba y comienzo a seguirlo ladera abajo en dirección contraria a la que subí por la mañana. Paso por encima del Ibón Superior de Alba, llego a la zona donde tengo que girar completamente, ahora hacia la derecha, y voy bajando en busca del Ibón Inferior de Alba que ya veo bajo mí. Llego a este fotogénico ibón y prosigo el descenso por la parte baja del valle de Alba hasta entrar definitivamente en la canal del Turonet. Ahora, mucho más cansado y con el sol apretando de lo lindo, el descenso por esta canal se me hace muy fatigoso y pesado. Llego, por fin, al encuentro con el GR que viene de los Llanos del Hospital y ya veo, cercano, el vetusto edificio de los Baños de Benasque. Llego al mismo tras casi 3 horas de descenso. Desde aquí inicio el regreso a casa.