En esta zona de prados las marcas de PR desaparecen, pero la subida es clara y directa. Sigo, pues, de frente, atravieso una pequeña depresión entre zonas de roquedo, y comienzo a subir de nuevo, ya con más inclinación. A mi derecha, algo lejano, dejo otro refugio, el Trapal. La pendiente, a ratos bastante fuerte, ya no me dejará hasta la cima. Sigo subiendo sin hitos, pero poco a poco intento acercarme a una depresión que tengo a mi derecha, alineada justo con la cima que observo a lo alto. Subiendo, pues, por la vía directa, intento zigzaguear un poco para aminorar el desnivel. Ya muy arriba encuentro rastros de una torrentera y, poco a poco, las zonas verdes comienzan a desaparecer. Aún más arriba, en una zona algo más llana, vuelvo a encontrar algunos hitos. Estos me van acercando lentamente al inicio del torrente. Llego al mismo, donde está ubicada la Fuente de los Campanales, seca, y la cercana poza del mismo nombre, situados a una altura de unos 2.480 metros. Al fondo observo una pared de roca con una pequeña cueva en la misma. Progreso por esta zona rocosa sobrepasándola por su derecha, cruzando un tramo algo herboso. Después, en dirección derecha de nuevo, sobrepaso un par de pequeños repechos, en los cuales alguna zona herbada se alterna con tramos de roquedo. Al final, acabo llegando a una pequeña explanada, justo debajo de la zona de ascenso definitiva que me ha de dejar en la base de la cima, tras 1,15 horas más de recorrido.

Parte intermedia de la inclinada ascensión al Peña Collarada

En la misma, aunque pocos, siguen habiendo hitos, que me llevan, dando algunas vueltas, por la inclinada pendiente. Ahora se trata de ganar altura poco a poco y luego ascender en diagonal hacia una amplia canal que se abre en otra zona muy inclinada que precede a la cima. Pero observando algunos rastros de senda hacia mi izquierda, yo comienzo a seguir los mismos. Tras reseguir indicios de camino, por terreno no demasiado complicado, acabo llegando a una gran placa de caliza blanca, en uno de los tramos de la vertical pared. Comienzo a subir por la misma, de nuevo sin hito alguno. Observo dos chimeneas, una a cada lado de la placa, pero la de la izquierda la veo demasiado vertical. Es por esto que voy hacia la zona derecha. Aquí, el ascenso es menos complicado, con roca bastante buena y algunos puntos en donde apoyarme. Tras superar la misma, empleando en algún punto las manos, avanzo en diagonal aún más hacia la derecha y, al cabo de un rato, alcanzo un punto en el cual hay colocado un gran hito, lo que me deja muy claro el camino. Sigo, después, subiendo, ahora por un tramo acanalado muy estrecho pero no demasiado inclinado. Al final del mismo llego a un pequeño collado, una sencilla depresión de la cresta final que tiene a un costado una antecima y, al otro lado, la cima principal. Voy primero hacia la izquierda, llegando enseguida a la Antecima Occidental de Collarada (2.861 mts.). Vuelvo al colladito y, ahora, en poco tiempo más, alcanzo la cima del Peña Collarada (2.883 mts.). Tiempo total de ascenso, unas 3,30 horas. Tengo ante mí multitud de cimas, el Balaitús, los Infiernos, el Midi d,Ossau, los Mallos de Lecherín, la Pala de Ip, la Punta Escarra, y otras muchas más. Y, muy por debajo y al frente, el Ibón de Ip.

Cima del Peña Collarada, con el Midi d,Ossau detrás