7.-
Alto de Budogia (2.367 metros)
Mesa de los Tres Reyes (2.448 metros)
Tabla de los Tres Reyes (2.423 metros)
Voy hasta Puente la Reina, pasando por Lérida, Huesca y Sabiñánigo, y paso la noche en un establecimiento hotelero de la población de Echo. Al día siguiente voy hacia Ansó y, desde esta localidad, me dirijo hacia el norte por la carretera que va hacia el refugio forestal de Zuriza y el camping del mismo nombre. Voy, después, hacia la izquierda, y acabo llegando en poco rato al refugio de Linza, a unos 1.320 metros de altura, donde dejo el coche. Comienzo a caminar al costado del refugio y, tras cruzar el puente sobre el arroyo que hay al final de la zona de aparcamiento, sigo un sendero, el GRT13, que, bordeando las laderas de la Loma del Sobrante y de La Paquiza de Linzola, y sobrepasando un estrecho barranco, me lleva hasta el collado de Linza, a unos 1.940 metros de altura. Casi 1,30 horas hasta este punto.
Desde aquí, hacia el este, un sendero sube por su ladera izquierda hacia el Petrechema. Yo voy en esta dirección, siguiendo el mismo GR, ahora en suave descenso hacia La Hoya de La Solana, hasta llegar a una señal en la que hay varias indicaciones. Por la izquierda llega el camino que viene por la otra ladera de La Paquiza de Linzola desde el Rincón de Belagua. Hacia la derecha sigue el sendero que me ha de llevar directamente hasta la Mesa de Los Tres Reyes. El camino, ahora, asciende por la pared de caliza que separa La Hoya de La Solana de La Hoya del Portillo de Larra. Hay varias maneras de ascender al pico. Yo opto por la subida normal. Cuando llego a la altura de un gran hito voy hacia la izquierda, subiendo con bastante pendiente por la vertical pared rocosa, con algunas pequeñas complicaciones, hasta llegar a un terreno lleno de grietas y simas. Después, muy bien marcado por hitos, el camino discurre por la zona de las grietas hasta un punto en el que sobrepaso la pared y desciendo un poco hasta La Hoya del Portillo de Larra. Casi una hora más. Otro gran hito señaliza un cruce de caminos.
A partir de aquí el camino de subida no tiene pérdida. Discurre al principio por terreno firme y, después, entre bloques de piedra ya en busca de la cima de la Mesa de Los Tres Reyes, que se ve al fondo en la mayor parte del recorrido. El camino asciende todo el rato por zona de cresta hasta alcanzar, primero, la cima del Alto de Budogia (2.367 mts.). Media hora más de recorrido.
Desciendo después por el otro costado. Llego, al cabo de un rato de descenso, al collado que separa esta cima de la cima de la Mesa de Los Tres Reyes, a unos 2.300 metros de altura. A partir de aquí el camino se estrecha considerablemente, y comienzo a subir hacia la nueva cima por su ladera sur. La ascensión se vuelve un poco más complicada, con alguna pequeña trepada intermedia. Tras un buen rato más de subida, unos 20 minutos y casi 150 metros, con bastante desnivel, llego a la cima de la Mesa de los Tres Reyes (2.448 mts.). En la cima se encuentra un buzón, una réplica del Castillo de Javier y la imagen de San Francisco Javier, patrón de Navarra. Tiene, además, unas grandes vistas a todos lados.
Vistas desde la cima de la Tabla de los Tres Reyes
Bajo, después, por el otro costado hasta llegar a un pequeño collado, a unos 2.385 metros de altura. Posteriormente, vuelvo a subir de nuevo y comienzo a seguir un estrecho sendero, por una cornisa rocosa, con algunas pequeñas complicaciones, hasta llegar a una redondeada elevación previa a una nueva cima. Un tramo final herboso y fácil me lleva después, en muy poco rato, a la cima de la Tabla de los Tres Reyes (2.423 mts.). Otros 25 minutos más.
Cima de la Mesa de los Tres Reyes
Desde la misma, regreso por donde he venido, y, en las cercanías del collado intermedio, comienzo a faldear por su ladera sur la Mesa de los Tres Reyes y, al cabo de un rato, inicio el descenso directo hacia La Foya de la Solana por debajo de la zona de cresta. Sobrepaso un pequeño collado y, después, atravieso una serie de pedreras. Posteriormente, alcanzo una zona de valle, tras la cual llego a una especie de formación rocosa en la que realizo algunos pequeños descensos por tramos pedregosos. Atravesada la misma, el sendero se vuelve más amable y fácil. Al cabo de un buen rato más de progresión acabo llegando a la fuente de la Foya de la Solana, que rellena un cercano abrevadero para el ganado. Cercana, está la caseta ganadera de La Solana. Después, enseguida, llego al hito que señala el cruce de caminos al que había llegado en la subida. Desde aquí regreso al collado de Linza y, finalmente, tras otro largo rato de progresión, al refugio de Linza, donde tengo el coche. Han sido unas 2,15 horas de recorrido de vuelta. Cojo el coche y regreso.
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